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Las personas heridas son peligrosas. Saben como hacer que el infierno se sienta como estar en casa

Regresamos a Mia a su casa para quedar bajo el cuidado del servicio y de sus padres, seguiría asistiendo a las clases pero se quedaría hospedada en casa por un tiempo. No hay razón de explicar por que.

Ash y yo subimos a nuestros departamentos. Lo primero que hice fue sacarme la ropa y tirarla al cesto. Había hecho algo que, bueno, estaba cansado de hacer, no era como que me dejaran opción. El plan no era deshacernos de todo el personal y encerrar al Señor de la casa, solo a Victor, pero eso pasa cuando quieres meterte donde no te llaman.

Me acosté sobre la cama a mirar el techo un buen rato, mis mascotas no se me acercaron por el olor que supongo que yo desprendía, eran algo así como las 11:00 pm. Supongo que en algún momento me dormí.


Conduje hasta el bosque, de la nada un color rojizo se apodero del camino, cenizas comenzaron a manchar el camino y acelere para ver que estaba ocurriendo. Una persona de pelo largo y casi blanco se apareció en el camino, estaba lejos pero en medio de la carretera:

─Aléjate del camino... ─ no preste atención dejándola atrás para ver que estaba ocurriendo. Las luces de la moto llegaron a no servir para nada. Quería saber que estaba pasando ─ Regresa por donde viniste Zanith... ─ Otra vez esa persona, otra vez la deje atrás. La punta de los arboles se incendiaba. Los largos pinos ahora no eran mas que enormes antorchas que iluminaban con un color infernal toda la carretera ─ Aiden... ─ Un gran silencio luego de esas palabras pero ya no estaba ─ Zanith regresa por donde viniste...

La mansión Van den White. Todo estaba en llamas, recordé el vídeo y se veía exactamente igual. Un niño tendido en el suelo y un auto arranco con un color rojo brillante. El niño permaneció allí tendido un buen rato, quise acercarme para sacarlo de ahí y otro auto se acerco a el primero...Adolf salio de el sorprendido por lo que había pasado:

─Aiden...Aiden...llama al médico, hay que llevarlo a casa! ─ grito a alguien dentro del auto ─ La señora y el Señor Van den White siguen adentro, hay que... ─ la enorme expolición de las ventanas y la caída del techo de la casa lo interrumpieron, Adolf se inclino un momento ante la muerte de los dos grandes, cargo al niño en sus brazos y los subió al auto, acto seguido, partió del lugar. Todo se puso borroso, las llamas, las casa, todo por completo irreconocible. De repente estaba en casa de Ash.

«Que esta pasando?»

Mi mente se cuestionaba lo que estaba sucediendo. No había pasado ni siquiera 5 segundos cuando sin haber tocado mi moto ya todo había cambiado, los rostros se veían borrosos pero todo volvía a mi mente como una tortura mas.

Las violaciones, las torturas, las noches sin comer, los días atado a las rocas, a la pared, el dolor de los latigazos en mi espalda volvió a sentirse tan nuevo, tan desconocido y tan intenso que no pude mantenerme en pie y las cicatrices de mis brazos volvieron a abrirse, la sangre me manchaba por completo, y una vez mas estaba en el bosque, en ese abismo tan hermoso del que un día pensaba lanzarme para nunca volver a subir. Las olas al final del camino estallaban contra las rocas. El mar estaba furioso, lleno de ira y remordimiento, tal como mi cabeza en ese momento, como los recuerdos brotaron a flor de piel fue impecable. Tan repentino. Sin lógica alguna, todo volvió a sentir como en el momento en que pase por ello, como en el momento en que el cuero tocaba mi pies, en el momento en que era lastimado. Aquel momento en el que mi corazón se recubrió de hielo para nunca volver a sufrir un daño. En ese momento, o un tiempo despues de que ya vivía con ese hielo como parte de mi. Llego ella. Como un lanza llamas en su máximo poder, para liberarme? o para matarme? terminar de destrozarme. Que hacia ella en mi vida? que buscaba? Cual era su rol? Debía destruirla para llegar a donde pertenecía? para cobrarme todo lo que me hicieron? Si, lo tenia claro. Ella debía caer para poder levantarme, pero prefería vivir en las sombras para verla vivir en paz. Cerré los ojos para dejar el dolor corroer todo mi ser, mi interior y mi exterior, deje el dolor apoderarse de mi para que no alcanzara a otros. Temí que si continuaba, todo el camino que había recorrido no valiera de nada. Me percate de que debía caer para levantarla.

Te Pertenezco (Parte 1) | Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora