15 - Segunda Parte

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Solo estábamos allí, parado frente a un enorme hoyo en la tierra mirando algo que realmente no me esperaba. No tenía idea de qué hacer.

El ataúd estaba lleno de recuerdos. Fotografías, libros, vestidos de Caroline. Algunas fotos tenían a Stella de pequeña, me asome y estire mi brazo para sacar una de ellas y observarla con cuidado:

«Si no estás en el otro mundo, donde te encuentras? Quien te hiso esto?»

No sabia como comenzar a buscar pero alguien debía saber algo de ella. Cerramos la caja y cubrimos el hoyo como la tierra que habíamos sacado de ahí. Corrimos a la entrada y Emely y Alexander nos sorprendieron en la entrada:

─Consiguieron lo que buscaban? ─ pregunto Emely satisfecha.

─Si. Una respuesta ─ respondió Ash

Emely acarició la mejilla de Alexander y le dio un beso.

─ Me alegra ─ respondió él, embobado por Emely y sus «encantos».

Salimos caminando luego de ponernos de acuerdo en ir al bosque. La cabaña era un buen lugar para charlar sin ser escuchados.

Stella seguía en la misma posición que cuando me había bajado del auto. Me subí, respire hondo y la mire:

─Tengo algo que decirte ─ dije sin intenciones de guardarle más secretos, y cumplir la promesa, solo protegerla. Ella me miró por un minuto antes de que le mostrará la fotografía que había tomado de la tumba de su madre ─ La reconoces?

─Es mi madre. Que estaban haciendo allá adentro. No me digas que...

─Tu madre no estaba en ese ataúd Stella. Tu madre...no creo que este muerta realmente, creo que se escondió de su asesino.

Las lágrimas corrieron inocentemente por sus mejillas sin apartar los ojos de sorpresa de mi rostro. Le temblaba el labio de contener el llanto:

─Aiden, que está pasando? ─ la abrace para consolarla lo más que podía.

─Lo vamos a averiguar. Pero me temo que puede afectarte más de lo que piensas, así que debes elegir...Buscar al asesino de tu madre o simplemente no volver a verla jamás ni a ella ni a nosotros, porque una vez toda esta locura acabe, no volverás a tener la vida que tienes ahora y no voy a esconderlo mas. No despues de aquella noche.

Ella me miró con nervios, con asombro, confusión, con furia y con un millón de sentimientos desconcertantes que no podría ni mencionar, miró por un segundo a su alrededor y luego volvió a localizar mis ojos:

─Si eso pasa, te encargaras de protegerme como siempre dices que lo has hecho?

─Claro que lo haré, pero temo que tambien es posible que no me perdones, porque tambien seré el causante de tus desgracias.

Lentamente se recostó del asiento del auto y miro por la ventana sosteniendo con fuerza la fotografía. 

─No me importa, siempre y cuando estes ahi.

No dijo ni una palabra más hasta que llegamos al bosque.

Ash y Mia ya estaban allí al igual que Emely. Dante nos abrió el paso para que llegaramos hasta la casa en lo profundo del bosque, iluminando el camino constantemente. Stella aun seguía callada, me preocupaba su silencio.

Una vez subimos los escalones y entramos, Stella reconoció el bastón de los Van den White que estaba colgado en la pared, sabía que aun le costaba digerir que todo este tiempo le estuve mintiendo. Su expresión me dio la impresión de que quizás estaba recordando el pasado. Cada uno tomó asiento en el salón principal y en cuestión de segundos el silencio arropo la habitación. Ash y yo nos miramos. Los ojos de Emely no se habían separado de mi ni por un instante y sentía el peso de su mirada a cada minuto. Suspire:

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