JaneLos siguientes días fueron como siempre. Estaba aburrida casi todo el tiempo tumbada en el sofá viendo la televisión apagada. Interesante ¿no?.
No había visto a Keyden desde que me lo encontré en la tienda e incluso había empezado a olvidarme de él. Solo a veces su rostro aparecía de repente en mi cabeza sin razón. Ahora mismo me encontraba intentando arrancar una pluma de mi almohada.
Después de doce intentos fallidos, me daba temor llegar al trece así que suspiré y me di por vencida. Miré mi vestidor dudando. Ya eran como las tres de la tarde y yo aún seguía en pijama. Así eran los domingos. Me estiré y me levanté maldiciendo. ¿Por que siempre tenía que ganar mi conciencia? Entre al vestidor y me cambié el pijama de corazoncitos por unos jeans y una camisa floja color rosa chicle.
Odiaba esa camisa, no se por que me la ponía tan seguido. Agarré mi bolsa y me la colgué en el hombro. Me quedé ahí parada mirando la cama. Al cabo de un rato bostecé y salí de mi habitación. Me encaminé hacia la puerta y escribí a toda prisa un papelito que decía:"Fui a la plaza, regreso para la cena seguro"
Pasé junto a la tienducha esa del videojuego mirándola con desagrado. Cuando el señor me vió pasar corrió hacia mi diciendo:
- Pruebe este nuevo videojuego realidad virtual. !Los lentes están al cincuenta por ciento de descuento...!- Antes de que terminara la frase arrugué la nariz y me fui.
Entonces pasé junto a jugetron. Leí el nombre como cincuenta veces y al final decidí entrar. Había muchísima gente en el pasillo así que tube que apartar turistas a empujones hasta llegar. Me acordé de Keyden. Suspiré y entré.
Empecé a buscarlo rezando no encontrarlo. Era raro, lo quería ver pero al mismo tiempo me aterraba. No quería meter la pata.
-¿Buscas algo en especial? - Brinqué del susto y miré hacia atrás ilusionada. Me desilusioné de inmediato. Era el señor de la tienda.
-Ha... no, solo veía los legos.- El señor asintió y se alejó tranquilamente y fué a atender a otra chica. Me fijé en lo que hacían. La chica hacia movimientos raros con las manos mientras le explicaba algo al chico. Entonces, la chica gritó un nombre y Keyden apareció atrás de ella. Ella le explicó algo y Keyden rió, acto seguido la besó. Mi corazón se partió en dos. Me sentía ridícula. Muy ridícula. Y tonta. ¿Como no lo había pensado antes? Un chico tan guapo tenía que tener novia. Y un chico así jamás se interesaría en mi.
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Recuerdos que no se van || ©
RomanceJamás había pensado lo importantes que son los recuerdos. Las memorias. En si, sin ellas no hay vida. Jamás le había dado importancia, por que... son solo recuerdos. Y siempre están ahí... ¿cierto? Jane es una chica ordinaria con una vida normal, ha...