JaneLa espalda me dolía por alguna razón. Di vueltas en la cama tratando de dormirme, pero como siempre, no pude.
Me alerté al no percibir ruidos de la habitación de Keyden, así que me levanté con pereza para ver que sucedía.
Coloque mis pies en mis pantuflas y me estiré bostezando. Casi choco con la puerta, pero la esquivé en el último momento.
Camine asta llegar a la otra habitación y empuje suavemente la puerta. La respiración se me cortó cuando vi que estaba durmiendo. Si, se que sueña extraño, pero... nunca lo había visto durmiendo. Su cabello le cubría parte de sus hermosos ojos, los cuales se encontraban cerrados. Su rostro estaba tan relajado...
-se que me estás mirando. -pegue un brinco y me sonrojé.
-perdón, -dije avergonzada.
-no te culpo, se que soy irresistible. - dijo con voz creída. Yo reí y resistí las ganas de aventarme hacia el y cachetearlo.
-Jane...- su voz estaba medio ronca, así era cuando se despertaba, tan adorable...
-¿Si? -lo miré y me di cuenta de que estaba muy serio.
-he estado... pensando, en lo que... hicimos... ayer y...- hizo una pausa.
-¿estás bien?- dije preocupada.
-no.- respondió de repente.- no estoy bien. Ayer estaba bien... creo. Pero ahora... no se,
todo se me hace confuso, se me olvidan las palabras, y... no me acuerdo bien de lo que pasó ayer, ni siquiera me acuerdo... dónde te conocí. Es decir... si me acuerdo como, bueno, no muy bien ¡no se! es como si viera todo el pasado a través de un vidrio empañado. ¡nada tiene sentido!Keyden lloraba. No sabía que hacer. Me sentía aterrada. Keyden había cambiado de humor de repente, (algo inusual).
Ni siquiera me acuerdo donde te conocí.
Me estremecí al recordar sus palabras. Entonces... ¿así es como se sentía?
-hey, tranquilo,- me acerqué a él intentando calmarlo.
-No Jane, no entiendes- negó con la cabeza y se hizo a un lado para que me sentara junto a él.- es como si algo se rompiera... como si hubiera una grieta que se abre cada vez más por la cual se va escapando todo poco a poco.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Por que tenía que ser tan... no se, gráfico? El siempre encontraba un modo increíble de darle sentido a las cosas.
-Keyden...- de repente me di cuenta de que adoraba decir su nombre.-¿quieres que llame al doctor?
-No - dijo rápidamente.-no, por favor.
-está bien. -dije.- ¿entonces que puedo hacer?
Mi voz sonó más desesperada de lo que esperaba.
-nada. -dijo.- lo siento Jane, por...
Se calló.
-¿Keyden?- dije preocupada. No respondió.- !¿Keyden?!
Se llevó la mano a la cabeza e hizo una mueca. Se agarró con la otra mano y serró los ojos. Ahora si estaba asustada. Lo iba a llamar de nuevo, cuando gritó. Juro por dios que ese grito jamás se me saldría de la cabeza. Se retorció en la cama agarrandose la cabeza aún.
-!Keyden!- ahora yo también lloraba.- !por favor, responde!
La desesperación llenó mi cabeza. No sabía que hacer.
-lo siento, Keyden, tengo que hacerlo, pero espero que la razón por la que no quieres que lo haga no sea tan mala.-dije y presione el botón en mi teléfono que decía llamada de emergencia.
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Recuerdos que no se van || ©
RomantikJamás había pensado lo importantes que son los recuerdos. Las memorias. En si, sin ellas no hay vida. Jamás le había dado importancia, por que... son solo recuerdos. Y siempre están ahí... ¿cierto? Jane es una chica ordinaria con una vida normal, ha...