KeydenMiré por la ventana desesperado. ¿Por que no llegaba? Le eché una mirada rápida al reloj por décima ves. Tenía que haber llegado hace quince minutos.
Observé con más detenimiento las paredes del museo. Ese lugar me daba miedo.
Entonces sonó el rechinido de la puerta al otro lado de esa extraña sala. Me giré de inmediato. Allí estaba ella. No podía ver su cara pero supe que era ella con solo ver su silueta. Suspiré aliviado.
-pensé que no vendrías.- ella no respondió. - ho vamos... si no sales de entre las sombras pensaré toda mi vida que estás deforme y no quieres que te vean.
Me reí de mi propio chiste. Ella volvió a permanecer callada. Estaba empezando a preocuparme. Me acerqué un poco más. Entonces pude escucharlo. ¿Un sollozo?
-¿estás bien linda?- me acerqué aún más. Podía sentir su respiración agitada rozando el lóbulo de mi oreja.
Lo... lo siento...- dijo con vos entrecortada. No entendí nada asta que vi un destello en la punta de el cuchillo que empuñaba.
Me desperté de un salto. Estaba empapado de sudor.
Jane...
Recorrí mi habitación con la mirada. Entonces pegué un brinco. Jane estaba sentada en mi cama. Apoyó su mano en mi pecho para calmarme.
-¿Estás bien?- dijo preocupada. Yo asentí lentamente.
-Fue una pesadilla,- arrugué la nariz y busqué las palabras adecuadas, pero ella se me adelantó.
-¿que pasó?- dijo. Yo miré hacia otro lado.
-En resumen, soñé que me apuñalabas.- ella se quedó de piedra, pero luego se empezó a carcajear. Yo la miré extrañado. ¿Por que se reía?- oye... no es gracioso. No es nada nada lindo soñar que tu novia te apuñala.
Eso solo sirvió para aumentar sus carcajadas. No paró asta que casi se ahoga con su propia saliva.
-ya...- dije cuando dejó de toser.- ¿Por qué te reíste?
Ella me miró y sonrió maliciosamente. Yo negué con la cabeza asustado.
-no, no...por favor no te eches a reír de nuevo.- ella protestó pero yo negué con la cabeza.- haber, ya... te pregunté algo.
-Es que... perdón, sonó graciosisimo. "Soñé que me apuñalabas"- dijo tratando de imitar mi voz. Falló, obvio. -ay... en serio, no tienes remedio.
Suspiro.
-¿como fue exactamente?- preguntó.
-Bueno, estaba en una clase de "museo" y te estaba esperando para... no sé, pero el chiste es que llegaste y te quedaste en un lugar de sombra, y cuando me acerqué sacaste un cuchillo y me apuñalaste.
Se volvió a reír, pero paró cuando vió mi mirada de desaprobación.
-suena terrorífico -bromeó. Yo me lancé hacia ella y la agité de los hombros.
-¿Por que tienes que ser tan adorable?- dije aún zarandeándola. Ella rió y se sonrojó.-eres hermosa, lo sabes ¿verdad?.
Estaba como un tomate y supe que en cualquier momento iba a explotar. Mi reí por lo bajo y la abracé. La amaba. Y no me permitiría perderla. Olvidarla.
Aparté esos pensamientos de mi mente y me concentré en el presente. Ella se separó de mi para mirarme. Me miraba con tanta ternura... su mirada lo decía todo, no hacían falta las palabras. Me amaba, tanto como yo a ella.
-Keyden...- empezó.
-¿Si?- ella se movió en su lugar nerviosa.-vamos...¿qué pasa?
-¿Podemos ir a ese lugar?¿al de tu tía Jones?- me miró con ojos suplicantes.
-¿por eso tan nerviosa?-dije extrañado. -claro, no tienes que pedir permiso.
Ella se paró de la cama y se puso a dar brinquitos como niña de kínder. Sonreí embobado por su dulzura.
Negué con la cabeza y quité la mano de Jane (la cual me ofrecía un enorme sándwich) de mi rostro. Ella gruñó frustrada.
-tines que comer... !no puedes adelgazar más! Si lo haces... !vas a desaparecer! !dios!- me reí e hice un puchero. Ella también rió.
-sigo convencida de que tú tía Jones sacó este lugar de un cuento de hadas.- dijo observando con detenimiento a su alrededor.
-Bueno, tú lo ves así, pero yo ya me acostumbré.- ella me miró incrédula.
-Yo jamás me acostumbraría.- me lanzó una mirada pícara.- malagradecido.
Alcé los brazos y los dejé caer sobre mis piernas.
-siempre tienes una palabra para mi ¿cierto?- reí.
-si, eres muchas cosas.- me miró divertida.- claro está, que listo no esta dentro de esas muchas cosas.
Casi escupo mi jugo. La miré tratando de intimidarla con mi mirada "amenazante". Ella solo rió.
La besé intentando callar su risa pero siguió riendo contra mis labios.-Bueno, pero "buen besador" si está dentro de esas muchas cosas que soy, ¿no?- dije.
-mmm...- dijo separándose.- déjame ver...
La besé más apasionadamente. ella gimió y pegó su cuerpo contra el mío.
-está bien, si eres bueno...
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Recuerdos que no se van || ©
RomanceJamás había pensado lo importantes que son los recuerdos. Las memorias. En si, sin ellas no hay vida. Jamás le había dado importancia, por que... son solo recuerdos. Y siempre están ahí... ¿cierto? Jane es una chica ordinaria con una vida normal, ha...