Capitulo 19

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Jane

Como seguro habían pensado, Keyden ganó. Pasó incluso quince niveles. Al salir, el chavo le pidió un autógrafo gritando: "!ES KG77! !ES KG77!

en un instante toda la plaza estaba haciendo fila para que les diera un autógrafo. Mis ojos casi se me salían de mi cabeza. Estaba súper enojada, así que agarré a Keyden del brazo y me lo llevé de ahí. Si, escucharon bien.

Keyden solo se reía y me abrazaba. Eso solo me enojaba más. !tendría que usar una camisa rosa chicle en una cena DE GALA!

-no quiero ponerme la camisa rosa en...- suspiré y hice una cara adorable para convencerlo.- una cena de gala...

-la apuesta fue esa,- dijo y yo puse los ojos en blanco.- pero como ya sabes, tú noviesito es el más hermoso y piadoso y por eso te va a dejar no llevar esa camisa a la cena.

Me puse a dar de brinquitos y le llené la cara de besos.

-!te quiero tanto!- dije abrazándolo (obvio estaba exagerando, ya deben conocerme. Nunca se tomen muy en serio lo que hago).- eres tan piadoso!

-ah, pero espera.- me quede quieta- solo con una condición. Yo voy a elegir tu vestido.

-¿!VESTIDO!?- dije con los ojos como plato. El asintió. Me imaginé y con un vestido y después con una camisa rosa chicle. En una cena de gala. Una y otra vez.- yo... acepto el trato.

Keyden comenzó a brincar y a lanzar cojines como niño pequeño. Lo miré frustrada sintiendo el dolor de la derrota (de nuevo estoy exagerando).

-este es perfecto...- dijo Keyden agarrando un vestido que probablemente me llegaba a media nalga.

-eres un pervertido -murmuré arrancándole el vestido de las manos.- este no.

El se quedó con las manos abiertas y con cara de "¿que?".

-entonces este.- dijo agarrando un hermoso vestido plateado. Este era largo y se abría abajo de las rodillas dándole un aspecto mágico. El cuello era alto y las mangas se abrían al llegar asta los codos.

-no puedo.-dije negando con la cabeza. Keyden me miró confundido.- está demasiado descubierto y...

-no, de eso nada.- dijo descolgando el vestido.- yo iba a escoger el vestido, y escojo este.

Sonaba bastante decidido. Lo seguí hasta el vestidor sin rechistar. Entonces pare en seco.

-espera...-palpé mis bolsillos.- no traje dinero.

-asta crees...-dijo riendo.- yo hice la apuesta, yo pago.

Entonces,- dije incrédula.- literalmente las opciones eran: te pones una camisa ridícula en una cena de gala, o te compro un vestido chulísimo.

Rió más fuerte y me abrazó.

-si, justo esas eran.

Entré al vestidor y miré el vestido fascinada. Jamás habría pensado que algún día me pondría un vestido. Y menos uno así. Me quité la ropa y comencé a ponerme el vestido. Entró a la perfección. Me quedé sin aire al ver en mi reflejo. Seguía siendo yo, bueno... yo con un vestido. Se veía asombroso. Era simplemente perfecto. El corte era hermoso, quería ir a besar al diseñador en ese preciso instante.

-¿ya?- dijo Keyden al otro lado de la puerta. Escuché el ruido de su pie golpeando contra el suelo una y otra vez. Estaba muy ansioso.

-si...- dije abriendo la puerta. El formó una enorme "O" con la boca. Se acercó cautelosamente y me inspeccionó. Pasó los dedos por la fina tela de la falda fascinado.

Recuerdos que no se van || ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora