Capitulo 21

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Keyden

Al principio, ella solo se quedó de piedra. Atontada. No miraba mis ojos, era como si mirara a través de ellos, algo gracioso. Parecía... ¿ida?
Pero después empezó a brincar y a llorar. Yo también lloré con ella. Se veía más feliz que nunca, y eso me encantó. Saber que yo la hacía feliz.

-si, si, si, si, !SI!- no paraba de decir mientras me abrazaba. El anillo había terminado en el suelo seguramente. Ella terminó de abrazarme y saltar y me miró. Temblaba de emoción.- ¿y el anillo?

-meh... después. -reímos y nos seguimos besando. El "público" aplaudía y los papás de Jane lloraban desconsoladamente. Espero que de alegría. Dimos vueltas y vueltas hasta que acabamos en el piso y el pequeño anillo se me enterró en la espalda.-ah, lo encontré.

Jane me miró divertida y nos paramos. Le di vueltas al anillo en mi mano y después se lo mostré. Ella se quedó viéndolo sorprendida y después asintió. Coloqué con cuidado el anillo en su dedo. Le quedaba a la perfección. Ella rió y me volvió a besar.

-me encanta...- se tapó la boca y comenzó a llorar de nuevo.- !no lo puedo creer! !no lo puedo creer!

Reí y la abrasé. Acaricie su cabello enredado de tanto brincar.

-y creo...- dije mientras le sonreía. -creo que definitivamente quiero pastel.

Ella rió y me jaló hasta el pastel. Se veía delicioso. Mi estómago rugió y reímos.

La miré con ternura mientras partía el pastel. Este era mi sueño. Ella era mi sueño.

-Jane.

-uh?- me miró y dejó de partir el pastel. Creo que volví a hacer mi cara de preocupación.

-es solo que... bueno como sabes... creo que tú deberías de saber ya que...

-hey, relájate. -rió.- ni que fueras a romper conmigo.- paró en seco. -¿o si?

-no, !no! Tontaina... si te acabo de proponer matrimonio.- me rasqué la cabeza.

-!ya, deja de rascarte el coco y dime!- bromeó.

-Bueno. Yo quería que conocieras a mi tía. La tia Jones. La dueña del jardín. Tiene ochenta y dos años. Pero pensé que sería poco prudente traerla sin tu permiso. Además no podía decírtelo por que arruinaría la sorpresa pero...- suspiré. - ya se que no soy el del cumpleaños, pero... ¿podrías venir conmigo a una cena familiar? Para que la conozcas, pero ya sabes. Todos se enteran apenas de que tengo... bueno eso. Y ya sabes te van a hacer preguntas y...

-chist! Pero que chico tan nervioso elegí de novio!- puso los ojos en blanco y me besó.- claro que por supuesto que sí voy. Me muero de ganas de conocer a tu tía.

Reí y la besé.

-Ay! Pero que chica tan hermosa elegí de novia!- reímos y ella terminó de cortar el pastel. Me sirvió a mi primero la rebanada. Yo agarré un poco de merengue del pedazo y se lo embarré en la nariz. Ella rió histérica y me lanzó un trozo de merengue a la cara.- !espera!

Pero ya era demasiado tarde. La amiga de Jane ya había reaccionado.

-!!GUERRA DE PASTEL!!


-míra nada más lo que ocasionas. -le dije a Jane mientras trataba de quitar el merengue de mi traje.

-!tu empezaste! -chilló ella. Reí y miré su atuendo. Describámoslo como una camisa multicolor y unos jeans con puntitos de diferentes colores. Ah, y un cabello súper punk, con todos los colores del arcoíris. Yo no estaba tan mal, creo que era por que la usé de escudo humano. Muahaha...- por cierto, que inmaduro. Se supone que el hombre debe de cuidar a su pareja, no que el hombre tiene que USAR a su pareja como escudo humano.

Enrojecí y reí nervioso.

—Ah...— la miré de reojo.— creí que tu eras de esas que bueno... pues están en contra del machismo y eso... y bueno que... pues que pensabas que las mujeres también eran fuertes... y así y eso...

Ya no sabía que inventarme.

-Ajá... -rió y me abrazó llenándome de merengue.

-!OYE!- me separé de ella al instante y me quedé viendo mi traje arruinado.- arruinaste mi traje!

Ella solo reía y reía.

-te lo merecías, esos fueron todos los merengazos de los cuales te libraste usándome de escudo. -exclamó señalándome con el dedo. Puse los ojos en blanco y empecé a intentar quitarme el merengue. Las risas "maquiavélicas" de Jane se seguían escuchando aún después de que ella se alejara bastante del Río.

Negué con la cabeza aunque yo sabía que ella no me podía ver. Mi teléfono zumbó en mi bolsillo pero decidí no hacerle caso. Continué lavándome asta que las manchas se quitaron casi por completo.

Me dirigí hacia la fiesta y casi me tropiezo con una raíz. Jane me vió y rio mientras me hacía señas de que fuera. Yo asentí y le hice entender que no tardaba. Ella continuó mirándome.

Saqué el celular para ver quien era. Era el cuidador de mi tía Jones. Solo pude leerlo primero. El corazón se me paró. Solo era lo primero. Pero no se veía nada bien. Mis ojos enrojecieron al instante y sentí que mi mundo daba vueltas por un segundo. Sentí que de nuevo no había esperanza. Que no había nada, más que dolor.

Desbloquee el teléfono con las manos temblorosas. Una lágrima cayó en la pantalla del celular y la seque rápidamente. Serré los ojos y presioné el icono de mensajes. No quería abrirlos. No quería enfrentarme a la realidad.

Los abrí lentamente, el teléfono se me escapó de entre los dedos. El casi inaudible 'split' del teléfono chocando contra el suelo se escuchó como una explosión nuclear para mí. Sentí que la cabeza me iba a explotar. La grieta se abrió y la lava simplemente se derramó fuera de mi. Lenta y dolorosamente. Asta que no quedó nada. Caí al suelo sin darme cuenta. De repente me encontraba agarrando con fuerza el pasto. Como si mi vida dependiera de eso. Un doloroso "click" en mi cerebro me indicó que algo no estaba bien. Solo sentía el calor de las lágrimas en mis mejillas. Todo se volvió demasiado brillante y borroso. Los sonidos sonaban con un eco y lejanos. Miré al cielo. ¿Era de día? ¿Era de noche? Una persona se arrodilló junto a mi.
Era una chica.
El dolor me hizo gritar. Solo quería olvidar olvidarlo todo. ¿Era eso posible?
El rostro de la chica apareció a escasos centímetros de mí. Lo último que pude pensar fue:

¿Quién era ella?

¿Quién soy yo?

Recuerdos que no se van || ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora