JaneMiré hacia la ventana agotada. El viento soplaba fuertemente provocando que el cristal se forzara emitiendo un rechinido largo y grave. Voltee hacia una esquina del cuarto en donde se encontraban los posters y sonreí orgullosa. Keyden se encontraba del otro lado quitando otro poster de la pared.
-¿cuantos faltan?- pregunté. Keyden sonrió y elevó por encima de su cabeza el póster que acababa de quitar.
-este era el último- los dos reímos y guardamos todos los posters en un closet.
-¿y... tú sabes cocinar? Por que yo no.- dijo Keyden.- bueno, a menos que quieras comer omelette, hotcakes y cereal por el resto de tu vida.
Eché la cabeza para atrás y reí.
-si se cocinar, ¿no ves? Soy todo un chef, - dije señalándome a mi misma. El rió y me besó.
-Que bueno, yo tampoco quería comer omelette, hotcakes y cereal por el resto de mi vida. Y así igual me puedes enseñar a cocinar otras cosas.
-inculto. - dije.
-¿perdón? ¿Me hablas a mi?- dijo alzando una ceja. Yo reí y salí disparada hacia la salida. El me persiguió y comenzamos a correr por toda la casa.- ¿que tiene que ver no saver cocinar con ser inculto?
Corrí más rápido y bajé las escaleras tropezando cada tres segundos.
-!las escaleras están muy resbalosas!- grité y seguí corriendo por mi vida. Pasé a toda velocidad por la sala y brinque los sillones con dificultad. Luego llegue a la cocina y se me ocurrió un plan de escape. Miré fijamente un sartén que estaba a unos metros mientras corría y cuando estuve lo suficientemente cerca me lancé hacia el. En mi mente, hice un salto perfecto, agarré el sartén en el aire, me di una pirueta y le di a Keyden con el sartén en el mero rostro. En realidad fue así:
Salté como pude, descolgué el sartén de la pared rompiendo el gancho que lo sostenía, me caí, me levanté, intenté darle a Keyden con el sartén pero no pude, y salí disparada hacia el piso.
Pero por suerte mi cuidador estaba cerca, y me agarró antes de que cayera al piso.
Lo miré a los ojos y el sonrió. Su rostro estaba a centímetros del mío.-esto se me hace familiar, ¿a ti no?- dije sonriente.
-claro que si, pero creo que falta algo.- dijo y me besó.
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Recuerdos que no se van || ©
RomanceJamás había pensado lo importantes que son los recuerdos. Las memorias. En si, sin ellas no hay vida. Jamás le había dado importancia, por que... son solo recuerdos. Y siempre están ahí... ¿cierto? Jane es una chica ordinaria con una vida normal, ha...