Capítulo 11.

6.4K 556 86
                                    

Lena.

Me felicito a mi misma por mi capacidad de mostrar mis emociones solo cuando quiero y ocultarlas cuando lo necesito, he aprendido a mantener la compostura en diferentes escenarios debido a mi trabajo, debido a mi vida, tengo que admitir que me cuesta más de lo normal con Kara, traté con todas mis fuerzas que no notara mi exagerada ansiedad porque dijera que si, al salir de su departamento me descubrí con las manos sudadas y el corazón desbocado, más la punzada de deseo habitual cada vez que la veo.

He roto mis esquemas y todas mis reglas, la quiero cerca, quiero que sea completamente mía, pero aún sin rebasar los límites de mí fuerza de voluntad, los límites insuperables de mis deseos incomprensibles.

Quiero su cuerpo, es lo que deseo nada más, pero nunca antes había sentido tal necesidad por alguien, tanta curiosidad por su ser y su alma.

He dado mil vueltas en la cama despertando de una de mis habituales pesadillas, esas que por días desaparecen pero regresan trayendo consigo el pasado insuperable que me persigue.

No he dejado de pensar el hecho que no puedo seguir evitando, necesito hablar con alguien de todo lo que me ha pasado y de lo que me está pasando.

Hace años conocí en una conferencia a una mujer, a una psicóloga, quise verla pero nunca me atreví... pero ha llegado el día de enfrentar mis miedos, hace días yo misma hice la cita, nadie puede saberlo, nunca.

Después de desayunar y darme una ducha me dirigí hacia su consultorio, tal vez no me recuerde con exactitud y espero que así sea.

Estoy sentada en la sala de espera sin quitar de mis ojos las gafas negras que ocultan mis nervios, llevo una mascada en mi cabeza para ocultar mi rostro de quien pueda reconocerme.

Cuando mis nervios aumentan dicen mi nombre, ha llegado el momento.

Entro al lugar donde observo rápidamente un sillón a mi disposición más la mujer morena que recuerdo con anteojos escribiendo en su cuaderno de piernas cruzadas.

- Buenos días.- dije al cerrar la puerta y ella me observó con los ojos entrecerrados, se levantó de inmediato.

- Lena Luthor, sabía que eras tú, aunque cuando leí tu nombre lo dudé por un instante.- dijo con una gran sonrisa la cual le devolví tímidamente.

- Julia, un gusto verte.- dije sentándome y ella hizo lo mismo.

- Me imagino que no vienes por una visita de placer.- dijo con una risita.

- Imaginas bien.- dije tratando de sonar igual de relajada.

- Entonces Lena, cuéntame... ¿Qué te trae por aquí? – esta vez se acomodó con su cuaderno y me miró seriamente, mis manos empezaron a sudar y mi respiración se empezó a entrecortar, ella se acercó mientras me analizaba.

- Relájate, tranquila, estoy aquí para ayudarte... no te voy a juzgar y nadie se enterara de lo que aquí hablemos ¿Está bien? – yo asentí y me reproché por estar actuando frente a ella como una niña asustada, pero debía actuar sin fingir para poder avanzar.

- Primero le hablaré de mi problema y luego de lo que creo que lo causó, si no le importa.- dije tímidamente.

- De acuerdo, cuando quieras.- me respondió.

Respire profundo y empecé, desde mi niñez hasta mi edad adulta, mi relación con mis padres y con mis hermanos, las muertes, los años y los daños, le conté de mi matrimonio casi forzado, de las circunstancias que se presentaron y las tragedias que causaron, tardé más o menos una hora en llegar hasta el punto de hoy en día, hasta hablar de mis aventuras, de mis temores y me detuve cuando llegue a mi historia con Kara.

Señora Luthor - Adaptación Supercorp-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora