Lena Luthor, una mujer acostumbrada a obtener todo lo que desea y a manejar su vida a su antojo.
Kara Danvers, una joven humilde que lucha por seguir adelante y alcanzar la felicidad que nunca tuvo.
Ambas mujeres se ven atrapadas en una propuesta co...
-Lena.- dijo la mujer en la puerta con una sonrisa triunfal.
La azabache se quedó paralizada tratando de entender lo que estaba viendo, no podía ser posible.
En ese momento, antes de que pudiera pronunciar una palabra... apareció Kara, dejando ver el susto en su rostro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lena no debía de llegar 20 minutos antes.
La azabache no debía ver a la mujer que tenía frente a ella en estos momentos.
No debería enterarse por ningún motivo que días después de lo ocurrido el día de aquella fiesta, mientras Kara estaba destrozada y deprimida por su causa, había cedido ante las insistencias de Valentina Betancourt.
Aunque ignorando las verdaderas intenciones de esta, aceptó por rencor en medio de la desaparición.
-Valentina.- dijo Lena fríamente sin mostrar ningún tipo de emoción, no iba a dejar que se sintiera triunfante ante el hecho de ver la rabia que hervía dentro de ella en esos momentos.
- Puedo explicarlo.- se apresuró a decir Kara.
- No tienes nada que explicar.- dijo Valentina, ganándose la mirada asesina de ambas mujeres.
- Vete, por favor.- le pidió Kara sin quitar su mirada de Lena quien se mantenía en la misma posición desde que llegó.
- ¿Cuándo puedo verte? - preguntó sonriente, sabiendo que molestaría a la azabache.
- Vete.- dijo Kara enojada, Valentina tomó sus cosas y se fue pasando por el lado de Lena, la cual no se movió ni un centímetro haciendo complicada la salida de Valentina.
- Hasta luego, Señora Luthor.- dijo pasando por su lado.
Antes de que la rubia dijese algo, ella caminó sin invitación como siempre había hecho, puso las rosas en la mesa que estaba al lado del sofá y se sentó delicadamente cruzando las piernas, miraba a Kara que se había quedado estática con la manilla de la puerta en la mano.
- Puedo explicarlo.- fue lo único que pudo decir.
- Estoy esperando.- espetó la azabache.
Kara cerró la puerta rápidamente y se acercó con cuidado, unió sus manos para darse cuenta de lo sudadas que estaban, con su mirada en ellas empezó a hablar.
- Después de lo ocurrido aquella noche...- dijo con voz apagada y levantó su rostro para mirar a la azabache quien evadió su mirada inmediatamente, podía encontrarse furiosa, pero sabía que no tenía derecho en reprocharle nada, Kara no tenía ningún compromiso con ella, mucho menos después de todo lo ocurrido.- Quedé destrozada, no hablo físicamente ¿Sabes?, había empezado a creer que tal vez yo era distinta para ti.- la azabache la miró dolida, no podía ocultar el dolor en sus ojos al recordar aquella noche.
