Capítulo 25.

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Señora Luthor, Señora Luthor, Señora Luthor.

Intento articular palabra pero me es imposible pronunciar algo, camino despacio mientras Lena sigue en la misma posición, a diferencia de que ahora con su mano derecha mueve las puntas de su cabello.

No sé si es este lugar o soy yo la que estoy ardiendo, es increíble que sólo con esa imagen me caliente tanto.

Me quedo quieta al ver que empieza a girarse, para mi sorpresa y el aumento de mi excitación, sus ojos están cubiertos por un antifaz de encaje color negro, se mueve hacia mí con la boca entreabierta, a pasos lentos y moviendo sus caderas sensualmente, de una forma erótica.

Yo solo la observo de arriba abajo y viceversa, no pude seguir respirando cuando vi sus pechos que sólo tenían una especie de parche en forma de cruz cubriendo sus pezones.

Llegó hasta mí quedando a un centímetro de mis labios, sentí su aliento golpeando mi nariz, exquisito como toda ella.

No puedo describir la cara de tonta que debí haber puesto, como señal ella posó en sus labios la sonrisa más grande que hasta ahora me había regalado.

- Me han informado de su mal comportamiento.- me dijo rozando mis labios.- ¿Es cierto eso? ¿Se ha estado comportando mal, señorita? – no borraba la sonrisa de su rostro.

- N-o.- murmuré entrecortadamente.

- ¿Ah, no? – preguntó jalándome de la cintura y pegándome a su cuerpo.- Tengo pruebas, así que es mejor que diga la verdad.- me apretó más fuerte, yo sólo pude asentir con la cabeza mientras se escapaba de mi boca un leve gemido que no pude evitar.

Cuando creía que iba a tener compasión de mis labios que suplicaban a gritos por sus besos, los rozó nuevamente y se separó al instante.

Me tomó por la mano y me condujo hacia el sillón de cuero, la miré embobada, ella me empujó hasta dejarme sentada. Se perdió en la penumbra, la música ahora sonaba más fuerte.

- ¿Te gustan los juegos, Kara? – me preguntó en tono seductor quedando frente a mí nuevamente.- Hoy vamos a jugar... - empezó a mover sus caderas al ritmo de la música, mientras que sus propias manos vagaban por su cuerpo, una de ellas acariciaba su abdomen casi llegando al inicio de su intimidad, usó la otra para apretar uno de sus senos, mordió su labio inferior provocando que me mojara por completo.

Mi piel ardía y mis manos temblaban, intentaba sujetarme de mi propia carne para no ir hacia ella y devorarla.

Mientras ella sigue sumergida en su baile... siento la urgencia de mi propio cuerpo, me urge tocarla, sentirla y saborearla. Me urge ocupar el lugar de sus manos que navegan por su piel y beber de ella para calmar mi sed.

Mi espalda suda y con ella otras partes de mi cuerpo que la luz no puede tocar.

Se acerca a mi colocando una rodilla a cada lado de mi cuerpo, quedando sentada en mi regazo, su aroma me embriaga y no puedo pedir más nada, cierro los ojos dejando descansar mi cabeza en el sillón ya que tengo la sensación de desmayarme si la sigo mirando.

Entonces, sucede... acerca su boca a mi oído, provocando que sus pechos casi desnudos rocen los míos por encima de mi ropa, la siento sonreír por causa del gruñido que acaba de salir de mí boca. Muerde lentamente el lóbulo de mi oreja y siento el ardor en las palmas de mis manos al haberme clavado mis propias uñas para no tocarla, no hasta que ella me lo permita, hasta que ella me lo pida.

Si antes escuchaba los acordes de una canción desconocida, indiscutiblemente después de esto pasaría a ser mi canción favorita por el resto de mis días.

Señora Luthor - Adaptación Supercorp-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora