- ¿Por qué? – pregunta tras un suspiro, sus ojos se llenaban de lágrimas.- Pensé que estábamos bien, pensé que me querías...- me dijo mirando hacia otro lado de la oficina.
Durante estos últimos días no he podido dejar de pensar en que le haré daño, tarde o temprano le haré daño.
Vivo en estos momentos una guerra interna.
Consciente de las consecuencias que conllevará mi siguiente acto camino insegura hasta el encuentro de sus labios, mi rubia suspira sin mover sus labios, mientras con mi lengua pruebo nuevamente el sabor que he extrañado tanto.
Sé que nada funcionara si no le cuento, si no le confieso todos mis miedos.
Kara me mira sin decir nada, de un segundo a otro se abalanza sobre mí, sus brazos rodean mi cuello y su boca se apodera de la mía.
-Te quiero con mi vida, mi amor. Perdóname, perdóname una vez más.- dije entre beso y beso.
Así es como soy débil ante ella, ante su presencia, es más sencillo tomar decisiones sin su mirada clavada en mí, pero tenerla cerca y escucharla hablar así... acaba con mi voluntad.
Aun a pesar de que con ello sólo le pueda hacer mal.
- También te quiero, tanto, tanto.- me dijo abrazada a mí.- No te alejes de mí, por favor... No me alejes de ti.
- No, no lo haré...- dije poco convencida.- Hay tantas cosas que debemos hablar... y creo que ha llegado el momento.
- No tienes que... esperaré hasta que estés lista.- dijo acariciándome la mejilla.
- Tengo que hacerlo o terminaré por destruirte... por destruirnos.- solté con tristeza.- No quiero hacerte daño, no de nuevo.- le dije aún sabiendo que lo había dicho antes, y que de nuevo había faltado a su promesa.- Ven conmigo.
- ¿Dónde? – preguntó con curiosidad en su mirada.
- Es a unas siete horas de aquí, tengo que asistir a una conferencia, volveremos en la mañana.- le expliqué esperando a que aceptara.
- Tengo que trabajar.
- Entonces, ¿Cenamos mañana? – la tomé por la cintura, ella asintió dándome un beso.
Quiero tanto hacerla feliz y tengo tanto miedo de no lograr hacerlo.
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Iba camino a la conferencia, llevaba dos horas en la carretera, mis pensamientos estaban empeñados en dedicarse a una sola cosa.
En recordarme a Kara.
Su piel suave y cálida, esos labios provocadores de mi demencia y el aroma que emana de toda ella, es dulce y adictiva, adictiva como toda ella.
Nunca había deseado a alguien de esta manera.
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Señora Luthor - Adaptación Supercorp-
RandomLena Luthor, una mujer acostumbrada a obtener todo lo que desea y a manejar su vida a su antojo. Kara Danvers, una joven humilde que lucha por seguir adelante y alcanzar la felicidad que nunca tuvo. Ambas mujeres se ven atrapadas en una propuesta co...