Por mucho que nos empeñemos en hacer todo lo que planeemos, no podemos estar seguros de nada.
Algunas veces la vida se nos escapa.
Lena era una mujer acostumbrada a tener cada movimiento idealizado, pero en estos momentos nada le salía a como esperaba.
Kara era una joven acostumbrada a que en su vida no pasara nada importante y en estos momentos está viviendo los que cree ser sus mejores tiempos.
Después de su sesión de sexo con chocolate, comieron en el mismo mesón que fue testigo de tal encuentro.
Ambas sentadas de piernas cruzadas, despreocupadas, una frente a la otra, no existían palabras ni incomodidades, no existían miedos ni pasado para interrumpir, se hablaban con miradas, con gestos más que nada ya que era el nuevo lenguaje que ahora acostumbraban.
Lena sabía que tal vez se veía tonta, podía imaginarse la cara que tenía en esos momentos mirándola con una sonrisa boba.
No le importaba, no quería sucumbir de nuevo ante tantos miedos.
Kara se sentía en el cielo, teniendo tan cerca a la mujer de sus sueños.
Entre ambas estaba un plato lleno de los dichosos panqueques, a su lado una taza llena de fresas cubiertas por chocolate, unos vasos con jugo de naranja, para ellas era la cena perfecta y no les faltaba nada.
La luz de la noche entraba por las ventanas, cubría sus rostros dándoles la oportunidad de ocultar un poco sus emociones que ninguna de las dos podía fingir en esos momentos, si otra persona las estuviera viendo, sin conocer su historia, con sus caras lo descifraría rápidamente.
Lena tomó una fresa, si, así como en tantas de esas películas románticas y cursis, y puedo asegurarles que este acto no estaba idealizado.
Se inclinó hacia adelante acercándose a Kara, delineó sus labios con la fresa y luego la incitó a morderla.
Kara así lo hizo y luego sonrió, provocando que la azabache lo hiciera de nuevo.
¿Acaso no es una noche perfecta?- ambas se preguntaban en su interior.
-¿Parece más un desayuno, no?- pregunta Kara sonriente, sin atreverse a mirar al frente.
- La verdad sí, pero deja de preocuparte por eso.- dijo Lena tranquilamente colocando una mano en su rodilla, la rubia inmediatamente miró su movimiento y la azabache al percatarse se deshizo del contacto.- Me han encantado tus panqueques y... todo lo demás.
Kara empezó a toser, pues "todo lo demás" la hizo estremecer.
La azabache sonrió satisfecha.
- Me dijo que mañana iríamos a otro lugar... ¿Puedo saber a dónde?- preguntó la rubia.
- Una clase de fiesta.- dijo Lena tomando de su jugo.
- ¿Una fiesta?- preguntó curiosa, pues no se imaginaba como la azabache la llevaría a una, aunque últimamente su relación no se estaba tratando según las reglas, tampoco es que Kara sea seguidora de dichas reglas.
- Si, pero no tienes que ir si no quieres...- dijo con temor a que dijera que no.
- Bueno, si necesita que vaya... no tengo problema.- dijo, le hubiese gustado decir "Mientras pase tiempo contigo, iría hasta el mismísimo infierno".
- De todas formas también te pagare por ello... al igual que esta noche.- dijo Lena tensándose y levantándose de inmediato, pues no soportaba pensar que tal vez si no le pagara a Kara, no estaría ni un kilometro cerca de ella.
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Señora Luthor - Adaptación Supercorp-
RandomLena Luthor, una mujer acostumbrada a obtener todo lo que desea y a manejar su vida a su antojo. Kara Danvers, una joven humilde que lucha por seguir adelante y alcanzar la felicidad que nunca tuvo. Ambas mujeres se ven atrapadas en una propuesta co...