Mágico.
Así se sentía.
Perfecto, para ambas era un momento perfecto.
Se sentían dentro de una burbuja de la cual no querían salir jamás, unidas sus almas con sus corazones latiendo al compás de una canción de amor que solo conocían las dos, ¿Cómo puede una decisión cambiar una vida? Dos vidas para ser exactos, porque aunque esto acabase mañana... sus vidas no serían igual e indiscutiblemente cada una en el corazón de la otra se habían convertido en la mujer inolvidable, en el sueño hecho realidad, en la perfecta demostración de que la vida no solo las haría sufrir, un minuto de sus caricias fueron la prueba eterna de que en la vida fueron verdaderamente felices, verdaderamente plenas.
Ambas en su interior habían decidido creer, con pesar, de que su plenitud sería pasajera.
Porque a ambas mujeres la vida les había hecho creer que no existía la eternidad, que en cualquier momento todo termina y desaparece.
Pero... ¿Cómo podían creerlo en estos momentos? Abrazadas en medio de la espuma, mientras la azabache está acostada en el pecho de la joven rubia sintiéndose querida y mientras Kara la acaricia con la esponja que anteriormente recorrió su propio cuerpo, mirando con adoración la belleza de su piel, negándose a creer que existiera alguien más hermosa.
Definitivamente para ellas esto estaría eterno en sus memorias, aunque lo eterno significara tan solo este momento.
Una propuesta indecente convertida en la oportunidad más grande que le podría haber presentado la vida, Kara jamás imaginó que el haber aceptado, lo que creía en su momento la peor decisión de su vida, se convertiría en el estreno de sus sentimientos.
Nunca lo había sentido y estaba segura que en poco tiempo le llamaría amor.
De algo estaba segura, sin dinero ni lujos y sin nada más que ofrecer, ella aceptaría cualquiera de las propuestas que le pudiera ofrecer la mujer que estaba en sus brazos.
Aunque aún no se le permitiera expresarlo.
-¿Aun quieres ver la película? – preguntó Lena con los ojos cerrados.
Y antes de que pudiera retener sus pensamientos los materializó en palabras sinceras.
-Solo si puedo seguir abrazándote así...- la azabache inmediatamente se tensó, pero es que ni ella misma se entendía, después de permitirse semejante intimidad esas palabras fueron la alerta que despertó su cordura, había llegado muy lejos.
Lena inmediatamente se separó de la rubia, haciéndola arrepentirse de sus palabras, salió de la bañera en silencio y tomó una toalla para empezar a secar su cuerpo.
-Perdone.- dijo Kara volviendo a su timidez, mientras imitaba a Lena saliendo de la bañera.
Lena dio la vuelta y la miró a los ojos, cuanto deseaba poder tener algo normal con ella.
Pero nuevamente la reina del hielo apareció sin poder evitarlo.
-Puedes ver la película si quieres, yo... me iré a dormir, que tengas buenas noches.- dijo saliendo del baño queriendo golpearse la cabeza con la puerta.
Mientras Kara recogía su ropa para salir una sonrisa se formó en sus labios, aunque sabía que mejor no hubiera dicho nada, esta noche había sido inolvidable aunque la azabache cada vez la confundía más.
-Terminaré volviéndome loca.- murmuró antes de salir del baño y se encontró con Lena sentada de espaldas, secando su cabello.- Buenas noches.- dijo antes de salir sin esperar respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Señora Luthor - Adaptación Supercorp-
RandomLena Luthor, una mujer acostumbrada a obtener todo lo que desea y a manejar su vida a su antojo. Kara Danvers, una joven humilde que lucha por seguir adelante y alcanzar la felicidad que nunca tuvo. Ambas mujeres se ven atrapadas en una propuesta co...