Lena Luthor, una mujer acostumbrada a obtener todo lo que desea y a manejar su vida a su antojo.
Kara Danvers, una joven humilde que lucha por seguir adelante y alcanzar la felicidad que nunca tuvo.
Ambas mujeres se ven atrapadas en una propuesta co...
Ya pasó una semana desde que le pedí que viviera conmigo, hoy estoy frente a la facultad esperando por ella para ir juntas a nuestro hogar, nuestro hogar, lo repito en mi cabeza un millón de veces sin poder creerlo. Juntas formaremos un hogar.
- Tengo a la novia más hermosa del universo.- dice Kara mientras caminaba hacia mí, no me había dado cuenta de que había llegado por estar sumergida en mis pensamientos.
Inmediatamente una sonrisa se forma en mis labios, cada vez que la tengo cerca no puedo controlar mis acciones.
- Te estás equivocando, yo sí tengo a la novia más hermosa del universo.- le digo atrayendo su cuerpo al mío, encerrándola en mis brazos y reclamando sus labios que son todos míos.
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- ¿Eso crees? – me pregunta mientras alza una ceja, yo asiento en respuesta.- Entonces, ¿Por qué esos idiotas no dejan de babear por ti?- me miró completamente seria.
Miré a nuestro alrededor y sonreí, un par de chicos que no debían de tener más de 18 años me miraban lascivamente, cosas de la edad.
- ¿Celosa? – le pregunto divertida, ella esquiva mi mirada aún entre mis brazos mientras apoyo mi cuerpo en la puerta del coche. Cuanto me divierte verla así...
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Miro a los chicos nuevamente y ellos no pueden evitar sonreír de la emoción, con intención de jugar un poco, les guiño un ojo, uno de ellos golpea el brazo del otro y ríen tontamente. Kara me mira con la boca entreabierta y se deshace de mi agarre, en un parpadeo me echa a un lado y se sube al coche.
¿Cuándo voy a aprender a no jugar con fuego?
Me siento a su lado y enciendo el motor, ella no me mira, pone su atención en la radio como si fuese la cosa más interesante en el mundo; cambia y cambia de estación sin decidirse por ninguna emisora mientras yo conduzco tratando de pensar en cómo arreglar mi pequeña broma que al final no tuvo tanta gracia.
- ¿Te gustaría cenar en casa o prefieres ir a algún sitio? – la miro por un segundo antes de centrar mi vista en la carretera.
