Lena Luthor, una mujer acostumbrada a obtener todo lo que desea y a manejar su vida a su antojo.
Kara Danvers, una joven humilde que lucha por seguir adelante y alcanzar la felicidad que nunca tuvo.
Ambas mujeres se ven atrapadas en una propuesta co...
Por fin había logrado conciliar el sueño después de dar vueltas en mi cama durante horas, no podía dejar de pensar en mi encuentro desafortunado con Lena.
Sus palabras.
Sus ojos.
Sus lágrimas.
No quería hacerle daño, es decir, fue mi intención al aceptar involucrarme con Valentina, pero cuando supe de su supuesta desaparición algo en mi se rompió, no podía soportar la idea de no verla nunca más.
No podría no verla nunca más.
Después de verla esta tarde en su empresa todo cambió, todo mi rencor se disipó y solo quería de alguna forma tenerla cerca, por eso acepté verla, su cita, la cena.
Pero todo se arruinó con la visita de Valentina, es decir, sabía que vendría pero demoró más de lo previsto.
Después de salir de la empresa y de aceptar ver a Lena, la llamé para aclarar las cosas, para decirle que todo había sido un error y que se olvidara de mí y de cualquier plan que tuviese que ver conmigo.
Pero nada fue como esperaba.
Lena apareció descubriendo todo y rompiendo mi alma.
Ahora está frente a mí nuevamente a estas horas de la madrugada, quedé sin palabras al escuchar que era ella, no podía saber si estaba frente a mí realmente o si seguía en mis sueños, así como en las últimas noches, así como todas las noches desde que la conocí.
Me asombró su manera de moverse y de caminar, al mencionar mi nombre supe de inmediato que debía de estar ebria.
- Perdona que te moleste a esta hora, Kara.- dijo arrastrando las palabras y caminando hasta el sofá, me tuve que aguantar las ganas de reír por verla caminar de esa forma, definitivamente estaba borracha.- ¿Estás muy dormida? – preguntó ya sentada, en comparación a las otras veces, se lanzó sin reparo hundiéndose en los almohadones.
- Algo.- respondí sentándome frente a ella y observando cada uno de sus movimientos.
- ¿Alguna vez te dije que tienes un sofá muy cómodo? – dijo apretando uno de los almohadones, se veía tan cómica, tan linda, tan relajada que desearía verla más seguido así de borracha.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- No me lo habías dicho.- respondí doblando mis piernas.
- Bueno, te lo digo.- de pronto se puso seria mirándome fijamente.
- ¿Qué sucede? – le pregunté y ella bajó la mirada.
- Yo no debería estar aquí.- dijo levantándose pero fallando en el intento. Miró sus pies y luego a mi nuevamente.- ¿Me odias? – preguntó de pronto.
