Señora Luthor - Adaptación Supercorp-

Capítulo 26.

Su pecho en mi pecho.

Sus manos explorando mi cuerpo.

Su respiración en mi cuello.

Y sus labios encendiéndome de nuevo.

Lena lleva su boca a mi oído y siento un cosquilleo en todo mi cuerpo.

- ¿Quieres seguir jugando, mi amor? – me estremezco.

- La noche es joven... - le respondo besando su cuello.

- Entonces... ven conmigo.- me dice levantándose y llevándome consigo.

Me quedo parada detrás de ella mientras a mi parecer busca algo, cuando lo encuentra las zonas oscuras fueron alumbradas con la misma luz roja, ahora podía distinguir todo el lugar.

Mi boca se secó mientras examinaba todo lo que estaba frente a mí.

Cadenas, esposas tipo 50 sombras, ¿Bolas chinas? De rosa magenta, es una especie de plumas, cremas, geles, estimulantes, vibradores o supongo que lo son...

¿Por qué está todo esto aquí?

- Len... Señora Luthor.- corregí inmediatamente. Vuelvo a mirar todo.

- ¿Si? – pregunta acercándose con una sonrisa.

- Todo esto... ¿Es suyo? – me atrevo a preguntar.

- Lo es.- sigue con su búsqueda.- Ven.- me jala de la mano.- No creas que lo guardo aquí... es sólo que todo es nuevo, apenas lo obtuve hoy y citarte aquí me pareció más excitante.- me regaló una sonrisa pícara.

Yo sólo asentía, observaba y tragaba con dificultad.

Su mirada se perdió de pronto en un punto específico de la habitación, siguiendo su insistente mirada me topé con lo que acaparaba su atención.

- ¡¿Quieres sacrificarme?! – pregunté bromeando, pero mi sonrisa se esfumó al ver a Lena asentir con su cabeza.

Sacrificio.

¡Oh, mierda!

Me recuerda a la escena de King Kong en donde ataron a la protagonista para ofrecérsela al gigante mono.

Me río de mi misma ante tales pensamientos.

-Ven.- empieza a atar mis manos con unas cuerdas que guindan de unos muros de madera, una a la izquierda y la otra ala derecha por encima de la altura de mi cabeza, la miro queriendo preguntar pero mejor decido esperar sus ordenes, de todas formas, todo de esta noche ha sido... fascinante.- ¿Te duele? – pregunta señalando mis muñecas, yo niego con la cabeza.

Cuando creo que ha acabado hace el mismo procedimiento con mis pies, atando a cada lado.

- Mierda... Lena.- susurré temerosa.

- Tranquila.- me sonrió radiante.- Te va a gustar.- me dijo lamiendo uno de mis pezones sin dejar de mirarme.

Ella caminó buscando algo más, cuando regresó lo puso frente a mí.

Un antifaz.

- Espera...- dije entrecortadamente mientras ella se disponía a colocármelo.

- No temas, confía en mí.- dijo besando mis labios suavemente, asentí y ella procedió, lo último que vi fue su sonrisa encantadora.

Escuchaba sus pasos una y otra vez, hasta que sentí un calor cerca de mí; besó mi mandíbula y mis labios, mordisqueo mi oreja...