II

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Es pasada la media noche cuando escucho la puerta abrirse, las botas de Nicolas se escuchan hasta que veo su cuerpo entrar en la sala, por suerte Ari ya se había ido minutos antes, eso sí, a regañadientes.

-Yo... Cuauhtémoc lo lamento mucho. No tengo ni cara para enfrentarte. Mi amor lo lamento tanto  -me abraza, toma mi rostro con sus manos para mirarnos fijamente.- Siento tanto que los celos me cieguen, trato de no dejarme controlar pero la ira me sobrepasa.

-Nic, está bien, tranquilo amor -me mira aliviado y junta nuestras frentes.

-Me alegra tanto que me comprendas mi amor. -sonríe antes de juntar nuestros labios- Que bueno que ya no verás a tus amigos.

-Espera ¿De qué hablas?...

Soy interrumpido por un sonido, volteamos encontrándonos con Ari viendo la escena.

-¿Cómo entraste?

-La puerta estaba abierta, vine porque olvide mi celular Cuauhtémoc.

-Que bien que llegas Aristóteles. Creo que deberías ir disfrutando estos minutos. Desde ahora tú ya no tienes nada que ver con mi novio.

De repente toda la actitud de Nicolas cambió. Ahora cargaba una sonrisa arrogante.

-Quiero oírlo de su boca -Ari se encontraba totalmente serio, su pecho subía y bajaba, yo sabía qué significaba eso.

-Bien, Temo -Nic me mira expectante.

-No, claro que no haré eso.

-Cuauhtémoc -su quijada está apretada y me mira furioso.

-Ya lo oíste. No me alejaré de Temo ni él de mi.

-Tú no te metas. Temo, dile que ya no serán amigos.

-No lo haré.

-¡Dícelo!

-¡Que no Nicolas!

-Ya me cansaste -se acerca descontrolado a mi, yo sólo trato de hacerme pequeño esperando el impacto.

-¡No te atrevas a tocarlo!

Y entonces, el primer puñetazo se dio.

𝐭𝐡𝐚𝐧𝐤 𝐮, 𝐧𝐞𝐱𝐭 ➶ 𝓐𝓻𝓲𝓼𝓽𝓮𝓶𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora