XXXVII

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-¡Cuauhtémoc! Tienes que volver a la cama por favor, te lo explicaré todo pero estás débil regresa. -Ari me persigue por el pasillo.

No logro llegar muy lejos cuando me tiemblan las piernas, me recargo con la pared cerrando los ojos.

-Mi amor. -Ari me toma por los hombros- Eres un necio Cuauhtémoc López.

Me lleva en brazos de vuelta a la cama.

-No... -no quiero ser grosero, pero en éste momento no quiero que me toque.

-¿No qué? -me deja en la cama sentándose a mi lado- Mira cómo te dejó ese chico.

Acaricia mi frente apartando mi cabello de ella. Giro el rostro evitando el contacto.

Su rostro se descompone y me dan ganas de retractarme para abrazarlo pero me niego. Llámenme orgulloso pero me debe una gran explicación, tanto él como mi amigo Diego.

Me levanto con cuidado para ponerme algo cómodo.

-Quiero dormir.

-Sí, claro. -se levanta, creo que ni si quiera él sabe qué hacer.

Me acuesto en la cama, siento su ausencia.

-¿No vas a acostarte? -hablo dándole la espalda, estaré enojado y triste pero ya me acostumbré a dormir junto a él.

-Sí, sí, sí. Voy -escucho como se desviste para ponerse su pijama. Apaga las luces antes de acostarse.

Pasan unos segundos hasta que vuelve a hablar.

-¿Temo, estás despierto?

-No.

-Bueno, sólo quería decirte que te amo.

Si todo siguiera igual le contestaría sin miedo "yo más", pero no es así, estoy herido.

-Mañana hablaremos Ari.

𝐭𝐡𝐚𝐧𝐤 𝐮, 𝐧𝐞𝐱𝐭 ➶ 𝓐𝓻𝓲𝓼𝓽𝓮𝓶𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora