XLVI

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Escucho leves toques.

Estos siguen hasta que escucho la puerta abrirse.

-Temo ¿Puedo pasar?

Entre abro los ojos viendo la silueta de mi hermana entrar a mi habitación. Me incorporo en mi cama aún somnoliento por mi pequeña siesta.

-¿Qué sucede Lupita? -tallo mis ojos.

Veo como se sienta a mi lado.

-Quería pedirte una disculpa. -la miro confundido.- Por hablarte tan feo hace un rato.

Baja su cabeza luciendo arrepentida.

-Hey, mírame. -tomo su barbilla para que alce la mirada.- No te preocupes, hace mucho no convivimos, tengo que adaptarme a ustedes. También yo he cambiado así que será un trabajo de ambos lados.

-Tienes razón, has cambiado un poco. -sube su pequeña mano para acariciar mi mejilla.- Pero me sigues amando de la misma manera, ¿verdad?

-No, ahora te amo mucho más hermanita, jamás podría dejar de hacerlo. -la recibo en mis brazos, ambos sonreímos.

Nos quedamos unos minutos así hasta que escuchamos algo de escándalo afuera.

-¿Vienen visitas?

-No que yo sepa.

Unos sollozos nos alarman.

-Suena como mamá. -Lupita habla.

Estamos apunto de salir cuando la puerta es abierta.

Julio se recarga en el marco de esta.

-Mm, creo que deberían cambiarse por ropa negra.

-¿Qué pasó Julio?

Mi hermano nos dedica una mueca.

-Nuestro tío murió.

-¿Hablas de...?

-Audifaz, su velorio es ésta noche, estén listos.

Sale de mi cuarto dejándome con una pena en el pecho, y me siento culpable de que no sea por la persona fallecida.

𝐭𝐡𝐚𝐧𝐤 𝐮, 𝐧𝐞𝐱𝐭 ➶ 𝓐𝓻𝓲𝓼𝓽𝓮𝓶𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora