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Durante las siguientes semanas Kakuzu no hizo nada más que ubicar y llegar a un acuerdo con Mikan o mejor con la familia Shinaide pero estos solo respondieron que los asuntos que mantuviera con el hijo mayor de la familia ellos deben solucionarlo. 

Conocían la relación que antes tuvo Mikan y Kakuzu así que solo pensaron que eran juegos de niños, como en una de las muchas oraciones habían dicho

Dio pasos de lugar en lugar, para ese entonces suponía que Hidan podía estar en los  8 meses, la sola idea de que sus hijos nacieran en un lugar frío lo aterrorizaba aún más cuando se trataba de Hidan quien se merecía estar en algo mejor que todo ese enredo que lo llevó a ese lugar. 

Suspiro sentenciado, tal vez su destino no era tener una vida cómoda como lo quiso una vez su madre, si no algo aterrador, manchando sus manos de sangre todo el tiempo y con estas mismas no poder tocar a sus hijos, a una pareja dulce y amorosa, así de complicada estaba la situación en su mente. 

Sentía un gran miedo muchas veces al levantarse de la cama, contando los días en que el mayor de los Shinaide dejará de juegos y pudiera regresar a casa a Hidan. 

Sus pasos pararon en el momento en que su teléfono comenzó a sonar, atendiendo de una vez al número ya reconocido incluso desde lejos  - Te dignas a llamar cuando apenas y contestas mis llamados 

Del otro lado de la línea se escucharon varios sonidos, algunas cosas rompiéndose, incluso el grito y llanto, parecía en su mente una zona de guerra. Podía oír a Mikan con claridad escuchando lo sucedido

- ¿Qué está pasando allá? - Su voz fue gruesa

- Este viernes te espero a primera hora en Osaka, no traigas a tus hombres no al menos para esto - colgó la llamada 

Kakuzu suspiro, viernes eso quiere decir que en menos de 36 horas debía salir. Preparo algo de ropa cómoda y fue a buscar a Itachi lo cual no entendía porque esa mañana no se presentó en su habitación. 

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Mizujo amigo de Hidan bajo de un auto negro viendo las dos puertas enormes de aquella casa tradicional, llevaba ropa cómoda y unas enormes ganas de comer algo dulce, apenas y pudo comer algo en el trabajo. 

- Que buscas - desde adentro se escuchó la voz de un hombre, al parecer fortachón por el tono de voz. 

Busco por donde provenía la voz y no vio nada - Vengo de parte de un tal Mikan Shinaide, me dijo que viniera aquí - la puerta se abrió de par en par mostrando algo realmente lindo, unas escaleras de piedras rodeadas de varios arbustos y flores de colores, y si miraba al fondo por curiosidad, podía ver la gran cantidad de arbustos decorados y rosas a sus alrededores 

Pensó que realmente era hermoso, se dio el lujo de mirar unas cuantas cosas más rápido, inspeccionando como todo un curioso. 

-Sígueme - la misma voz gruesa lo trajo a la realidad y pudo ver al hombre caminar sin esperarlo, uno de ellos le quitó la valija que tenía mientras el otro revisaba su cuerpo, cosa que le molestó, pensando que había otras maneras de preguntar si llevaba con él algo que pudiera hacer daño. 

Pocos minutos después de caminar por varios pasillos, cuales no recordaba ninguno, se tocó la única puerta que al parecer por el momento era de madera firme y ahora desde adentro se escuchó una voz con nada de ánimos decir que pasara y recibir invitados.

Suspiro aliviado, conocía a ese hombre - Dice que fue mandado por el señor Mikan Shinaide - se retiró en cuanto el moreno sentado en el escritorio alzó la mano en gesto de que se retirara.

♦ Tu Dueño♦ {Mpreg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora