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Itachi era el que más hablaba, tratando de que se llevará un acuerdo entre los dos jóvenes, ¿cómo era posible que su hermano despreciara a ese lindo doncel?, con cualidades muy finas, su rostro joven y tierno cuerpo delgado y unos 1.60 algo bajito si, pero lindo. Mientras el de burro mirándole mal. 

Se puso analizar la situación, lo que ambos detestaban del otro supuestamente ellos era esa actitud que se daban, además de estar casi coprometidos gracias a sus padres. Los entendían el paso por muchas situaciones como esas en su hogar. 

Pero ya se estaban pasando un poco con sus insultos de sonrisas bonitas, para ellos esa era una charla convencional. 

Poco a poco pensaba en ideas ¿Cómo hacer que estos se lleven bien? prometerselo era posible pero cumplirlo otro nivel, bastante extremo.

- Porque no tienen citas, sin necesidad de hablar  o sentarse adelantados por sus padres, ya sabemos que la juventud de este tiempo quiere libertad, extrema. - Ah, esa voz tan linda, su querido Deidara acariciaba su vientre mientras le daba unos papeles a Kakuzu - No le digan a sus padres que van a citas o a los pub, sean ustedes mismos.

Los dos jóvenes lo vieron, el rubio un poco convencido, Sasuke ni al pelo.

- Sasuke, debes colaborar - habló con suma seguridad - ahora invitalo a cenar.

- Delante de ustedes - los tres asintieron, aun si no lo estaban viendo - Naruto quieres salir a cenar el fin de semana - el rubio le vio a los ojos, asintiendo.

- Y trata de ponerte mejor ropa para la cita, si vas con esos trapos quédate en casa mejor.

El chico vio al rubio a los ojos, su rostro rojo le decía que iba a explotar.

- Si Sasuke, ve como el lo dice - Kakuzu apoyaba al chico - si no lo enamoras por lo que eres al menos tu ropa lo hará. 

- Eso no es consejo jefe - reprocho Deidara, un poco sonriente se despidió y vio a Itachi con toques de amor.

Sasuke quien poco sabía de esa relaciones, sintió con calorcito al ver al rubio embarazado, ahora que lo comparaba con Naruto, oh si. Hermosos sonrojos salieron de su mejillas.

- Pues tengo mis propias reglas - Naruto le dio su atencion - ese celular, no lo quiero ver en tu mano.

- Sabes que no puedo, yo si llevo una vida no como tu desocupado.

- No me importa, no lo quiero en tus manos, y te pones algo casual no lo extravagante que siempre usas, sin tonos en tus labios.

- Eso no lo utilizo - se le acercó - puedes ver, solo es una labial transparente para que no se sequen, son rosas no pintados tonto azabache. 

- y ese pelo, buscale asiento,

- Querrás decir que tu pelo es una cacatúa a la cual nunca la has domado.

-¡¡Bien ya está!!- interfiere Itachi - ¡¡Solo van a salir a esa cita y un par más, hasta que se gusten y ya!! - Kakuzu le dio la razón, aunque los dos negaron esa posibilidad, casi retando que ninguno se iba a enamorar del otro.

- Bien señor Kakuzu, mi madre me habló de su pareja, ¿Está aquí?

- No, pero la estan buscando - el rubio asintió, prácticamente admiraba al moreno, era un hombre digno de ser un esposo, no el escuálido que tenía al lado, pero ya que.

Un poco más tarde, comían algo rápido para luego dejar la casa, aunque Kakuzu no estuvo en la cena, debía planear cosas con Itachi.

- Cuanto tiempo tiene señor Deidara - el rubio respetuosamente pregunto.

♦ Tu Dueño♦ {Mpreg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora