Los días después que me entregué a Shinki fueron horribles para mí, ninguno de los dos nos hablábamos mas que solo para las misiones y en cosas necesarias. Me sentía mejor era cuando podía hablar con Shikadai, pues estuvo para mi aconsejándome sobre qué hacer cuando te sientes solo y así. Está noche saldríamos para Konoha, hice mis maletas y las acomodé.
—Yodo. —Araya estaba en la puerta de mi habitación.
—Araya.
—¿Terminaste con Shinki? —Dijo mientras rascaba su cabeza, hablando bajo su macara.
—No sé, creo que sí. —Encogí mis hombros, indiferente. —Ayúdame a bajar esas cosas. —Pedí mientras le pasaba una de las maletas.
Me ayudo sin decir más nada, tomé mi reproductor y la consola para bajar con todo esto, me fui a sentar el sofá esperando que todos bajaran. Luego de un rato Shinki bajó sentándose a mi lado, me quedé mirando la pared y escuchaba unos murmullos, no los entendía ni sabía de donde provenían, me volteé para ver a Shinki moviendo los labios.
—¿Dijiste algo? —Pregunté mientras me sacaba el otro.
—¿No me escuchaste nada? —Frunció el ceño.
—No. —Apreté mis labios.
—¿Cómo vas a decir si terminamos o no? No es algo que tú decidas.
—Es que eso lo decidiste tú, ignorándome, de nuevo.
—Yodo, deja de decir tonterías.
—No estoy diciendo tonterías, me usaste, Shinki. Me lo has demostrado y en este momento las palabras sobran.
—¿De qué hablas? —Con toda la fuerza que pude le di una cachetada.
—En dos días no me dirigiste la palabra, me ignoraste. —Dije con mucho enfado. —Y quiero que toda esta farsa acabe, ya tienes lo mejor de mí. —Lo empujé, me tomo por el brazo poniéndose de pie.
—Sabes que no es una farsa. —Dijo mirando mis ojos mientras me sacaba de su agarre.
—Eso es lo que demostraste. —Apreté un poco mis puños, su piel se estaba enrojeciendo un poco en la mejilla, mis ojos inevitablemente se llenaban de lágrimas. —No eres tan grande como crees. —Tragué un poco en seco ahora si saliendo de la habitación, corrí hasta el baño encerrándome en este. Duré casi 30 minutos esperando que todo se me pasara.
—Yodoo, ya nos vamos. —Escuché la voz de Kankuro, como estaba más calmada salí a buscar mis cosas que ya estaban montadas para llevarnos al expreso, me senté junto a Kankuro en todo el camino, y así hasta el tren, donde en me preguntó si quería estar sola y descansar podía irme al vagón del Kazekage que sin pensarlo ni dos veces lo hice ya que Gaara no venía con nosotros.
Era un vagón grande y cómodo, tenía un sofá cama que fue donde me acosté con la consola en mis manos. Cerré mis ojos intentado dormir, pero las lagrimas salían, sin poder evitarlas ¿qué quería Shinki de mí? ¿sería suficiente? Las preguntas no dejaban de pasarme por mi cabeza, realmente estaba frustrada, y de alguna forma me sentía muy culpable, como si haberme entregado a él estaba mal cuando, yo quise... En algún punto imaginaba que no le gusté lo suficiente para estar conmigo mas tiempo, o seguir después de eso. Quería dejar de llorar, pero era imposible, no podía parar, tenía el corazón roto.
Sin saber cuándo, me quedé dormida, cuando abrí mis ojos era la luz que me pegaba en la cara por el sol saliente. Estrujé mis ojos, me senté mejor y suspiré mirando mis pies. No tenía ni qué hora era, mire mi consola donde marcaba casi las 8 de la mañana, era super tarde pero aún faltaba para llegar a Konoha como una media hora. Acomodé todo el vagón, dejándolo como cuando lo encontré. Salí al principal donde Kankuro, Araya y Shinki estaban comiendo en la mesa que estaba ahí.
—Buenos días. —Dije haciendo una pequeña sonrisa, todos voltearon a mirarme.
—Buenos días, rubia. —Kankuro tenía una gran sonrisa.
—¿Estas viva? —Comentó Araya, reí un poco asintiendo para sentarme a su lado. —¿Cómo te sientes?
—Creo que algo mejor. —Encogí mis hombros para tomar una de las empanadas que estaban comiendo.
—¿Estabas llorando? —Shinki preguntó, en ese momento nadie más habló dejando un silencio incomodó que se cortó cuando le respondí.
—No, ¿por qué lo dices? —Hacía como si nada, encogiendo mis hombros.
—Tienes los ojos muy hinchados. —Araya metió un pedazo de empanada debajo de su máscara.
—Ayer tenía algo de alergia, seguro es eso. —Le di una sonrisa grande. —¿Kankuro, primero nos vas a dejar en casa de Temari o iremos a algún sitio?
—Si, para dejar sus cosas, creo que los venía a buscar. —Asentí y podía sentir como Shinki tenía su vista puesta en mí, pero no voltee en ningún momento.
—Me parece bien, igual.
—Espero que los entrenamientos sean el doble de los que tenemos en Suna, y que valgan la pena porque no venimos a perder el tiempo... Ni dejar en vergüenza a nuestra aldea. —Decía con algo de maldad Shinki.
—Sí, aparte, es para buenas relaciones. Antes de la cuarta guerra pues, nuestra aldea no se llevaba digamos muy bien con las demás, incluyendo Konoha. Nos tomaban como presumidos y aunque aún existen esos prejuicios ahora al menos nos reciben de buena manera, abriéndonos bien las puertas de sus aldeas. Realmente la intensión, más allá de ser fuertes es para que las relaciones sean buenas. —Mientras hablaba terminé de comerme mi empanada.
—Yo ya tengo amigos —Respondí sonriendo.
—Bueno, vas por buen camino. Eso también es un orgullo para la aldea, dónde todos puedan ser queridos, respetados y admirados.
—Yo, no sé si quiera tener más amigos. —Araya habló debajo de su máscara. —Me da vergüenza.
—No tengas miedo, son lo máximo, Shikadai hará que te integres. —Araya encogió sus hombros.
—No hace nada por él mismo ¿y hará algo por nosotros? —Preguntó Shinki levantando una ceja.
—Es tu primo, y más si Temari lo manda, los ayudará a integrarse, es un gran chico. —Kankuro rió ligeramente y Shinki bufó.
—Voy a traer mi maleta, ya estamos llegando. —Dije tratando de sonar emocionada para levantarme a buscar mis cosas.
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Enredos en Konoha. (Shikadai x Yodo x Shinki) //nsfw//
Hayran Kurgu¿Como pude caer en los enredos de esta rubia tan fácilmente? por mas que intentara sacármela de la cabeza, no podía. Era una problemática. Y volvió mi vida un problema.