5. ¿Un error?

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Mis ojos ardían sin poder abrirlos debido a esa molesta sensación de picazón y mi cabeza dolía y pesaba como un infierno. Sólo sabía que me encontraba en mi cama debido al suave cubrecama de terciopelo que compré en el barrio chino por sólo 10.000 won. Sentía que mi cabeza subía y bajaba, quizá por el dolor de la resaca, pero al sentirlo de forma externa decidí abrir mis ojos asustándome en consecuencia.

Un Jimin de mejillas y labios hinchados dormía plácidamente a mi lado con el torso desnudo, sólo cubierto en la cintura con las sábanas, su cabeza reposaba en su brazo derecho permitiéndome ver los pocos vellos en su axila. Miré mi cuerpo, aún un poco somnolienta para sorprenderme todavía más, también tenía el torso desnudo... Levanté un poco la sábana sobre mí para ver que mi parte baja estaba sin nada de ropa al igual que mis pechos y de paso, pude ver también el miembro un tanto erecto de Jimin yacer a un costado de su muslo. Nos cubrí rápido y tapé mi boca ahogando un grito. Mi ropa y la suya estaba desparramada por toda mi habitación y parte de ella en el pasillo. Mi amigo saboreó su boca un par de veces antes de despertar y verme pasmada mirándolo con los ojos abiertos de par en par mientras me cubría los senos con la sábana del pecado.

— Buenos días... —susurró —¿Qué te sucede?

— J-Jimin...

— ¿Qué?

— Mírate... —un tanto extrañado se miró el pecho y abrió los ojos casi tan grandes como los míos. Levantó la sábana y la bajó veloz para mirarme luego.

— ¡Wow!... —se quedó quieto mirando hacia la puerta de la habitación sujetando la sábana en sus puños como si fuera su único refugio.

— ¿Qué mierda hicimos, Jimin? —sollocé.

— Joder, Hae. Pero... No estamos completamente seguros de lo que pasó... —se excusó intentando calmar la situación —Quizá sólo... sólo nos desnudamos...

— No lo creo...

— Mierda...

— ¡Joder, Park Jimin! ¡Tuvimos sexo!

— ¡Aish!

— Mierda, no recuerdo nada y no es como que hubiese bebido tanto... —lo vi refregarse la cara con las palmas de sus manos de forma enérgica, intentando comprender todo esto.

— Haeyoung... No podemos decirle a nadie.

— ¡¿Estás loco?! —lo golpeé —¿Crees que le diré a alguien?

— ¡Auch! Maldita sea... Pegas duro aún en la mañana.

— Jimin... —quería llorar, esto no podía estar pasando. El sueño de nuestras madres se estaba haciendo realidad de la peor manera posible. Si llegasen a enterarse no sé si celebrarían o se decepcionarían. Jimin me abrazó a modo de disculpa —¡Tienes mi olor! —terminé por llorar.

Mi amigo me consoló un rato diciéndome que todo estaría bien, que sería un secreto y que nadie jamás se enteraría. Eso hasta que escuchamos la puerta principal abrirse.

¡¿Haeyoung?! —Sohye había llegado —Parece que están arriba... —y al parecer venía acompañada.

¡Jimin-ssi! —y por supuesto que por Jungkook.

— Mierda, vístete —dije empujándolo de la cama para que reaccionara y me obedeciera.

— ¡Cúbrete los ojos, no me veas! —gritó por lo bajo, casi en un susurro.

— ¡¿Crees que no he visto nada?! —pregunté del mismo modo.

— ¡Dijiste que no recordabas nada!

❦ Տҽҽsɑա ❦ ||『 Min Yoongi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora