❦ Տҽҽsɑա ❦ ||『 Min Yoongi 』

27. Algo se avecina

Lamentablemente, no pudimos quedarnos con los chicos pues estaban agotados y mañana tenían otro concierto, esta vez en Busan, mi ciudad natal.

Jimin estaba feliz porque posiblemente podría ver a sus padres y a mis padres.

Iba con Hye camino a casa, eran las 22:00 y ya todos los locales estaban por cerrar, no habíamos cenado y moríamos de hambre.

— ¿Y si compramos ramen y comemos eso?

— Eso no es una comida, Hye.

— Lo que pasa es que tú quieres pizza, Haeyoung.

— Qué bien me conoces, amiga...

— Lo siento, pero ya están por cerrar todas las pizzerías.

— No es cierto. Llamaré ahora y pediré una, déjame estacionar y listo —vi como mi amiga negaba con una sonrisa por mi deseo de comer pizza. Estacioné por ahí e hice el llamado. Para mi suerte aún no cerraban y alcancé a pedir una familiar para las dos.

— Terminaremos como unas cerdas con novios esculturales. Nos van a terminar sólo por ser unas gordas...

— No nos aman por nuestro físico, Hye. Y si nos terminan por eso pues entonces no son dignos de tener a ninguna mujer a su lado.

— Bien dicho.

— Vámonos o la pizza llegará a casa antes que nosotras.

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— ¡Mmmmm! Parece que las últimas son las mejores. Ya sabemos a qué hora llamar para pedir una —exclamé con la boca llena.

— Joder, o está muy rica o tenía mucha hambre.

— Yo creo que ambas... Ay, se me olvidó avisarle a Yoongi que llegamos.

— Tranquila, yo ya le avisé a Kookie. De seguro ya le dijo.

— Sí, pero se va a enojar porque no le avisé yo... Ya sabes cómo es él.

— Cierto, apresúrate y llámalo.

Salí a nuestro jardín y marqué el número de Yoongi. Tardó un rato en contestar y se escuchaba cansado.

— ¿Ya llegaste? —preguntó con voz rasposa.

— Sí. ¿Te duchaste?

— Sí. ¿Comiste?

— Sí. ¿Y tú?

— Sí.

— ¿Ya hiciste tu maleta para mañana?

— Sí.

— Suenas muy cansado y cortante. ¿Prefieres que te llame mañana mejor?

— No, lo siento.

— ¿A qué hora tienen el concierto mañana?

— A las 19:00 ¿Vendrán también? —se escuchaba emocionado de tan solo pensarlo.

— No, no podemos —gruñó —Tenemos examen el lunes.

— Sólo los tontos estudian.

— Por eso, tengo que ayudar a Hye —bromeé.