49. El falso embarazo de Haeyoung

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— Aló —contestó Yoongi —Sí, sí... Sí... De acuerdo... Bien... Sí. En unos minutos. Adiós.

— Que buena charla —bromeé.

— Nos quiere allá lo antes posible —respondió serio.

— ¿Más problemas? —pregunté agotada.

— Más bien posibles soluciones.

— ¿Tenemos que ir también? —preguntó Jimin desde la otra esquina de la sala.

— No lo creo, no me dijo nada.

— ¿Tenemos que ir ahora? —asintió y suspiré —Bien, iré a cambiarme.

Camino a la empresa -que eran unos diez minutos en auto- Yoongi permanecía más callado de lo habitual, y eso era bastante. Su silencio me incomodaba y preocupaba, pero no quería preguntar qué pasaba por su cabeza por temor a saber... Extraño, ¿no?

Llegamos y luego de estacionar subimos a la oficina del presidente Bang. Estaba sentado frente a su computadora, con sus gafas puestas y su mentón apoyado en sus manos. Cuando entramos nos sonrió con la mirada y nos hizo una seña para poder pasar.

— Vaya, Haeyoung. Puedo comprobar que no estás embarazada.

— Créame, señor, que usted sería el primero en enterarse, incluso antes que mis padres —rió de forma amistosa y señaló las sillas frente a él para que tomáramos asiento.

— He estado leyendo los comentarios bajo el enlace de la noticia y debo decir que va todo bien. Las fans no se creen ni un pelo de tu supuesto embarazo.

— Que bueno —respondí.

— Aunque aún no lo desmentiremos para así ganar más publicidad en el comeback.

— ¿Q-Qué?

— Señor... —murmuró Yoongi a mi lado, acomodándose en su silla.

— Lo sé, parece descabellado pero no lo es. La gente no interesada en Bangtan lo hará ahora y llamará la atención el supuesto hijo de un idol.

— Pero con esta mentira mi vida se verá afectada... —dije en mi defensa.

— Al firmar este contrato estabas predispuesta a aceptar esta clase de términos, señorita Haeyoung. Lo siento, pero esto es por el bien de Yoongi y el grupo, véelo de forma positiva —miré a Yoongi de soslayo y estaba mordiéndose los dedos.

Esperaba que él me apoyara diciendo algo al menos, pero eso no sucedió. Se limitó a asentir a todo lo que Bang decía y pedía, inclusive si aquello afectaría mi vida en la universidad con miles de fans locas y depravadas que podrían hasta dañarme por los celos, sin importarles las consecuencias.

Salimos de allí aceptando sus términos y caminé enfurecida al auto, aunque claro, Yoongi tenía las llaves así que toda mi pataleta fue en vano porque tuve que esperarlo junto a la puerta de todas formas.

— Haeyoung.

— Abre.

— Escúchame.

— ¿Ahora tienes ganas de hablar? —suspiró y yo bufé en consecuencia —Abre, Yoongi —apretó el botoncito de las llaves y entré, me puse el cinturón de seguridad y crucé mis brazos. Subió al rato luego de notar que estaba realmente enojada y tras colocarse el cinturón suspiró de nuevo y me miró, esperando a que yo hiciera lo mismo —¿Qué quieres decir? Felizmente aceptaré tus disculpas y el hecho de que subirás a hablar con Bang y decirle que todo este plan es una ridiculez.

— Haeyoung...

— Yoongi... —imité su tono.

— Yo también creo que esto es lo adecuado.

— ¿Por el bien del grupo? —asintió dudoso —¿Y qué hay de mi bien, Yoongi? Ya sabes cómo fue todo en la universidad con ese montón de chicas haciéndome la vida imposible y las miradas del resto. No quiero volver a pasar por lo mismo.

— Pero habías dicho que con la demanda eso ya no pasaba más, que ni siquiera se atrevían a mirarte.

— Pero ahora es diferente, Yoongi. Estoy "embarazada" y eso implícitamente significa que hemos tenido sexo, sobrepasando los límites para cualquier fan. Hasta yo me enojaría...

— Todo saldrá bien.

— Siempre dices eso.

— ¿Y me equivoco?

— A veces si —rió. Puede sonar extraño pero su risa me tranquiliza un poco.

Tomó mi mano con cariño y la acarició en el torso.

— Esto será sólo hasta que terminen las promociones, lo prometo.

— No lo sé, Suga... Pasará mucho tiempo y se molestarán por no desmentirlo antes... Aggg, jodido embrollo.

— Diremos que estábamos demasiado ocupados para estúpidos rumores. Tal y como dijo Bang.

— Detesto que seas el perro faldero de ese hombre.

— Ese hombre nos ha ayudado mucho.

— No lo niego, pero lo hace sólo para llenarse los bolsillos.

— Haeyoung —dijo con tono regañador.

— Basta de defenderlo, Yoongi. ¿Hasta cuándo le lamerás las botas para hacerlo feliz? ¿Cuándo serás feliz tú?

— Yo soy feliz con esta vida, Im.

— ¿En serio? ¿En una vida basada en las mentiras?

— Una vida basada en hacer lo que amo, música.

— ¿Sabes, Yoongi?, yo no sé si quiero esa vida para mí.

— ¿Qué quieres decir? —sonó molesto.

— Que yo no te haré decidir entre la música y yo, y que tendré que pensar muchas cosas para continuar con esto.

— ¿Sabes qué? Haz lo que quieras —espetó y encendió el auto, conduciendo a toda velocidad hasta nuestro departamento.

Al llegar cerró la puerta del piloto con fuerza y entró furioso, ni siquiera cerró el auto con seguro... Me encargué de hacerlo yo y caminé lento tras sus pasos rápidos. No esperaba que me cerrara la puerta del departamento en la cara. Digité nuevamente la clave y entré intentando mantener la calma y guardar la poca paciencia que me quedaba. Jungkook me miró con los ojos bien abiertos preguntándome con la mirada qué había pasado. Sólo atiné a negarle y caminé en dirección a mi habitación, aunque tampoco esperaba que se hubiese encerrado en ella.

Pasaron las horas y Yoongi no salía de allí. Jungkook y Sohye se acostaron y yo seguía en la sala fingiendo interés en la película que daban a esas horas, pero en realidad mi mente pensaba muchas cosas, dudaba sobre otras y reflexionaba sobre todo si continuar con toda esta mierda.

Como Yoongi no fue capaz abrirme la puerta tuve que dormir en el sofá. Al menos la maldita casa tenía calefacción y no fue -tan- necesario una frazada. O eso pensé cuando a mitad de la noche me desperté por el temblor de mis labios y mi espalda por el frío. Recordé las llaves que teníamos guardadas de las puertas del interior en caso de emergencia y entré sin más a la que también se suponía era mi habitación. Él dormía plácidamente en toda la extensión de la cama sin siquiera una pizca de remordimiento.

Estaba harta. Verlo así de tranquilo mientras yo luchaba contra el frío en el sofá me dio una rabia que me entraron ganas de golpearlo en los testículos. Abrí mi maleta y eché la mayor cantidad de ropa dentro para marcharme. Escaparme de este ambiente de mierda conociendo ya la dirección a la que iría.

Seguir con Yoongi sería no respetarme y si estas cosas continuaban él no me merece. Me ha prometido tantas veces cambiar y no lo hace que estoy segura que esta vez nada será distinto.

*****


Pd: recuerden el nombre de la novela.

❦ Տҽҽsɑա ❦ ||『 Min Yoongi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora