❦ Տҽҽsɑա ❦ ||『 Min Yoongi 』

12. Nueva oportunidad

Pedimos comida por teléfono y la trajeron al rato. Obviamente pedimos pizza, haciéndonos recordar los viejos tiempos. Pude notar que Yoongi sonreía más a menudo y eso en consecuencia me hacía sonreír más a mí, a pesar de todo. Extrañaba esa área rosada sobre sus dientes y las pequeñas arrugas en sus ojos que hacían que se vieran aún más pequeños. Mientras comíamos me miraba de reojo manteniendo esa sonrisa.

— ¿Qué te pasa? —pregunté conteniendo una sonrisa por su culpa.

— ¿Por qué?

— Deja de mirarme.

— No.

— Mmmm...

— Estás hermosa —me sonrojé pero a la vez me dio un retortijón en el estómago recordando todas las veces en que Seojoon me llamaba "hermosa", "preciosa", etcétera y no sentía nada...

— Lo sé —bromeé —Pero empezaré a cobrarte si miras más de lo necesario.

— Quién sabe, quizá hasta puedas renovar tu auto con todo ese dinero —me siguió la corriente.

Por eso Yoongi me caía bien -a veces- pues en cada situación con sarcasmo que yo empezaba él me seguía el juego. Seojoon no...

— Es cierto, hasta renovarlo por el Mercedes del año.

— Nunca tanto —bromeó poniéndose serio. Lo golpeé suave mordiéndome el labio y me miró de nuevo.

— Serán 1.000 won por cada minuto.

— ¿¡Qué!? Me sale más barato mirar las piernas de los grupos de chicas en los shows musicales...

— Min Yoongi... ¿Eso hacen tras bastidores? Jodidos pervertidos...

— Ellas nos miran a nosotros también —se justificó.

— Mmm... —eso me ponía demasiado celosa. Yoongi no es coqueto por naturaleza como Seokjin o Taehyung, pero por lo mismo es atractivo para las chicas y en ese mundo está rodeado de ellas...

— ¿Eso fue un quejido o reclamo?

— No es nada, termina de comer. Se enfriará —me eché el triángulo de masa con queso a la boca para evitar que ese tema continuara. Pero vamos, es Yoongi... Y le encanta molestar.

— ¿Estás celosa? —preguntó con esa sonrisa que no se le borraba hace rato.

— No... Bueno, sí. Pero sólo un poco.

— Mmmm... —dudó.

Se levantó de la silla en donde estaba y se sentó en la que estaba a mi lado. Apoyó su codo izquierdo en la mesa y luego su mejilla en la mano.

Se quedó mirándome perplejo, como si estuviese analizándome. Sus ojos recorrían cada centímetro de mi rostro hasta terminar en mis labios.

— Te amo —soltó. Reprimí por enésima vez una sonrisa. Me tragué la pizza que tenía en la boca -con dificultad- y tosí como medio de defensa y calmar mis nervios —¿Tú me amas, Haeyoung?

— ¿Ah? —lo que dijo me tomó por sorpresa. ¿Qué le diría? POR SUPUESTO QUE SÍ, IDIOTA. Pero tenía dignidad... Y si le decía que no quizá se enojaba y se iba. Todo eso lo pensé por una milésima de segundos —Sí —contesté finalmente. Ya qué, me dije a mí misma.

— Sí qué.

— Te amo, Min Yoongi —sonrió. Se acercó a mi boca y me besó corto pero tierno. Sonreí.

— Ya tengo que irme.

— No...

— Sí.

— Mmm...