14. Yoongi y yo

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Luego de que Sohye nos asustara de esa forma, Yoongi y yo subimos hasta mi habitación para dormir. Eran las 00:00, demasiado tarde para encontrar locomoción hasta Gangnam y salía muy caro pedir un taxi, además Yoongi no traía efectivo. Bueno... Esa es la excusa que él me dio para quedarse conmigo.

Ya no tenía ningún pantalón de Jimin para prestarle como pijama, así que tuvo que dormir sólo en ropa interior... Se recostó a mi lado luego de cepillarse los dientes con uno de mis cepillos nuevos que robó, dejándome en el rincón de la cama y la pared, abrazándome por la espalda y apoyando su mentón en mi hombro.

— Hueles bien —susurró.

— Es mi shampoo.

— No, tú hueles bien.

— Son mis células —tras soltar una pequeña risita, sentí el aire que soltó con ella azotar levemente mi cabello en mi cuello, dándome un cosquilleo que me hizo sonreír.

— Quítate ese pijama. No lo necesitas —espetó.

— Ay, Yoongi. Hace frío...

— Me tienes a mi para calentarte —me di la vuelta para mirarlo de frente, apoyando mi cara en una de mis manos.

— ¿Qué tramas? Ya te dije, nada de sexo. Hye nos puede escuchar.

— Pero me lo prometiste... —dijo con un tono molesto pero tierno a la vez —Esta mañana me dijiste que no porque así volvería antes y ahora no quieres por culpa de tu amiga.

— Pero no te lo prometí... —recordé.

— Bien —se molestó y se dio la vuelta, dándome la espalda. Se cubrió con las sábanas y fingió estar dormido. Reí por lo bajo por su actitud de niño y lo abracé.

— Me gusta estar así contigo. Me recuerda los viejos tiempos...

— Sí, sí, como digas.

— Min Yoongi.

— ¿Qué?

— No te estás ganando lo que quieres...

— A mí también me recuerda los viejos tiempos —dijo mientras se daba la vuelta y sonreí. ¿Así de desesperado estaba?

— Eres increíble...

— Lo sé —puse los ojos blancos aunque no me vio por la oscuridad. Rodeó mi cintura con un brazo y me arrastró hacia él —Duerme en mi pecho.

— Bien, ya que insistes... No me queda de otra.

No sé cuánto tiempo pasó pero nos habíamos quedado dormidos. Yo reposaba mi cabeza y una mano en el pecho de Yoongi, quien seguía durmiendo plácidamente. Abrí los ojos tras sentirlo removerse, como cuando sueñas que te vas a caer por un precipicio. Su carita toda bonita me volvía loca. Siempre dormía con la boca semiabierta y su piel estaba más suave de como recordaba; tal vez la empresa invertía mucho en el cuidado de piel de los chicos.

Lo sentí acomodarse y abrió los ojos despacio; cuando cruzó miradas conmigo sonrió tímidamente y me abrazó.

— ¿Qué hora es? —preguntó con un susurro.

— Ni idea.

— Te amo —me dijo.

—  Yoongi...

No estaba acostumbrada a que me lo dijera tan a menudo, por lo que mi estómago comenzó a cosquillear en el acto. Me dio un beso tranquilo y suave, enredando sus dedos en mi cabello, atrapando mis labios en los suyos y con cuidado de no dejar mi lengua de lado. Mi adicción siempre serán sus besos y su olor, estaba jodida.

— Gracias por aceptarme de nuevo...

— Aún no somos novios, ¿recuerdas?

—No me importa. Sólo quiero tenerte conmigo, Hae...

¡Ay! Amaba a este Yoongi. Quisiera que fuera así más a menudo pero qué le vamos a hacer... Él es así y desde un principio, desde el día en que lo conocí supe que es un pesado y un amor cuando él quiere, y no intentaría cambiarlo.

Me subí sobre él cuando con sus manos en mis caderas me lo pidió, el roce era exquisito y la conexión que teníamos era innegable. A veces me costaba demasiado entender su forma de pensar, pero cuando me besaba sentía como si nos convirtiéramos en uno solo.

Se giró y quedando sobre mí, comenzó a besar la piel de mi cuello, bajando lentamente las tiras de mi camiseta y luego subiendo el borde inferior para descubrir mis pechos. Su boca no perdió el tiempo y pronto sus besos provocaban suspiros silenciosos de mi parte.

La previa no duró demasiado, al rato ambos estábamos desnudos e intentado que nuestros gemidos fueran solamente escuchados por nosotros dos. Sus embestidas eran suaves pero a la vez certeras, su piel humedecida por el sudor chocaba contra la mía y sus gemidos me hacían perder la cabeza. Ocultó su rostro en mi cuello y gruñó, apaciguando sus movimientos y respirando con más tranquilidad.

— Joder... —me dio un último beso y se acostó a mi lado —Hacerlo así es más excitante.

— ¿Así cómo?

—En silencio, intentando que nos nos escuchen...

Asentí como una idiota y lo besé. Me levanté al baño y pedí que me hiciera un lado cuando volví, pues Yoongi estaba ocupando toda la cama con las cuatro extremidades extendidas. Lo hacía sólo por joderme...

— No jodas —murmuró. ¡Aish!

— Ah, no. Ya vas a empezar... —sonrió levemente y se acostó en el rincón —Ya sabes que ese es mi lado.

— Déjate de joder, Haeyoung —si tenía razón, sólo quería joderlo. Reí en su cara haciendo que se molestara aún más. Me acosté a su lado y me abrazó encerrándome en sus brazos, casi sin poder respirar.

— ¡Yoongi! ¡Me estás ahogando!

— Lo siento —y me soltó, dándome un beso primero —¿Y ahora qué hora es?

— No lo sé. Espera... —tomé mi celular del velador junto a mi cama —Son las 04:00 am.

— Bien. Durmamos ya.

— Buenas noches, Min Yoongi.

— Buenas noches, Im Haeyoung.

❦ Տҽҽsɑա ❦ ||『 Min Yoongi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora