Un nuevo comienzo

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Feliz año nuevo a tod@s!!! Os deseo un año lleno de éxito, felicidad  y abundancia :)

Aquí os dejo el final de la historia :) espero que les guste.
Podía haberlo hecho en otras dos  partes pero, creo que han esperado demasiado... Lo siento por eso. :))

♥♥♥♥♥♥♥♥♥

Todo parecía irreal ahora... Su cabeza dolía al recordar los hechos recientes, sus ojos picaban debido a las lágrimas que querían salir de sus ojos, se encontraba tendido sobre la cama y a su lado estaban un par de bebés a punto de entrar en llanto por la poca atención recibida por parte del adulto que se encontraba a su lado, a pesar de que era el padre de aquellas criaturas y a pesar de que ahora le demandaban atención él parecía estar ausente, con la vista fija en algún punto de la habitación con un dedo de su mano atrapado entre la pequeña mano de uno de sus hijos, aquellos pequeñines comenzaban a girarse, pataleaban y manoteaban tratando de llamar la atención de su padre, y aunque habían intentado demasiado la respuesta obtenida era prácticamente nula, cansados de ser ignorados de aquella manera comenzaron a gimotear al mismo tiempo, sin embargo esto no ayudo a la situación actual y permanecieron de la misma forma que antes. 

Cansado, sin ganas, y débil se sentó al borde de la cama y de esta manera trató de calmar el llanto de los pequeños, el tiempo pasaba en minutos y el llanto no cedía, se sentía desesperado, ¿es que ni siquiera era capaz de dar calma a sus hijos? ¡Era inaceptable! ¡Él era el padre!, y aquellos dos sus hijos... Hijos de él y de la persona que más había amado en el mundo, a la única que amaría por el resto de su vida, aquellos niños eran sin duda, un pedazo de aquel ser que tanto él adoraba, y debía cuidarlos, guiarlos y protegerlos, incluso si debía dar su vida por ellos, no se perdonaría no dar el cien por ellos, su amado lo hacia, lo había hecho, había demostrado ser un padre amoroso, y CAPAZ de cuidar de ellos sin derrumbarse, sin doblegarse, dando todo de sí para mantenerlos a salvo sin importar el adversario, y él tenía que hacer lo mismo.

Respiro profundo, tratando de calmarse a sí mismo, tomó a los pequeños entre sus brazos, cantó aquella canción de cuna que Shouta les cantaba cuando estaban en su vientre, los paseó por la casa, los abrazó, besó y arrulló hasta que ellos decidieron que estaban a salvo en sus brazos y se calmaron, pronto volvieron a sumergirse en el mundo de los sueños, escuchando aquella nana que su padre seguía entonando para ellos, durmieron profundamente y aquel joven padre los dejó en su cunita; ellos no soportaban la idea de estar separados, eran hermanos así que no podría ser de otra manera, al principio tenían su propia cuna, pero al ver que ambos lloraban si se alejaban el uno del otro optaron por dejarlos juntos en una cuna más grande, siendo de esta forma se quedaron ahí, juntos, dormidos y aquel castaño contempló con placer que podía hacer algo por ellos, sintiéndose satisfecho y con esperanzas de mejorar cada día, no se dejaría vencer nuevamente como hace meses... Porque en realidad, él no creía volver a ver a sus hijos, y se había mantenido al lado de Shouta apoyándolo aunque por dentro sentía que era una lucha perdida, ¡cuánto se reprochaba ahora! Shouta siempre había  tenido razón al decir que sus hijos seguían con vida, él no lo había creído, y como si nada los daba por muertos pero... Ahí estaban, durmiendo, tranquilos y en casa, pero, ¡por todos los dioses! ¡Había sido una pesadilla! ¡No! ¡Había sido una tortura! Una tortura cruel y despiadada, cuyo verdugo era la cosa mas horripilante y monstruosa que hubiera conocido en su vida.
No podía ni imaginar todo por lo que Shouta había tenido que pasar para hacerle frente, seguramente había visto la calma y la tranquilidad y el amor muy lejos de poder existir sintiéndose solo y abandonado, pero había salido adelante, había salido victorioso de aquel encuentro poniendo a salvo a sus hijos... Sin embargo eso no significaba que no había sido doloroso, porque seguramente se había visto tentado a desistir ante su lucha y a aceptar el  ser consumido por la oscuridad, el miedo y terror de permanecer al lado de aquel sujeto además del dolor que habría impuesto con ello a los niños, a la ausencia de su padre e incluso al renunciar a él, ¡no lo hizo! ¡Nada lo detuvo! ¡El ser al que tanto temía no lo detuvo! ¡Vio la luz y el amor que todos le brindaban! Sus amigos, sus hijos, su padre y madre, su pareja y sus hijos, así que... Por él, por Shouta él debía hacerlo también, la peor parte ya había pasado, el resto no era nada comparado con lo sucedido, el debía ser fuerte, debía ser el pilar principal que sostiene a su familia, aquel de quien todos ellos pueden apoyarse, era joven, pero era el padre y debía ser valiente para afrontar cualquier situación que se le presente por más dura que sea y mantener a su familia unida era lo primordial.

Festejando el cumpleaños de Kisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora