Ocio Musical

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De todos los lugares en los que podían encontrarse con ese tipo, tenía que ser esta.

- ¡Hola, chicos!- Gon siempre tan enérgico,...Y despistado de la tensión del ambiente- ¿Vamos juntos?

- No me digas que también...- Killua arrastro las palabras, sin creérselo.

- ¡Sí, lo convencí! ¡Vamos a la carga!- Gon apunto al cielo hecho noche.

Kurapika y Killua se miraron entre sí, por primera vez de acuerdo en lo impensable: Alejarse de Gon.

El local resulto ser un fiasco, las servilletas parecían pañuelos y de los ventiladores averiados colgaban pantaletas, sus pasantes eran de procedencia sospechosa que miraban ceñudos a todo el mundo. Con el don innato de adaptarse a cualquier situación, Gon se lo tomo sin quejas. Como ex-asesino profesional habituado a encajar donde sea, Killua se encogió de hombros, indiferente de ese cambio de escenario.

Solo Kurapika, que hasta en el peligro quería una garantía, estaba pasándolo mal.

- Es espantoso- soltó, una vez sentado ante una mesa chueca sobre la que temblaban vasos con agua de colores.

- Yo debería decir eso- Killua lo apunto con un tenedor- Has arruinado por completo nuestra cita.

- ¿Yo? ¿No deberías culpar a otro?- Con disimulo, apunto donde Gon y otro personaje charlaban animadamente como si estuvieran en un restaurante de cinco estrellas- ¿Porque invitaste a Gon?

- No lo invite. Él se apareció y no creas que me harás cambiar el tema, ¿Cómo se te ocurrió este lugar para reunirnos?

- En el aeropuerto hablaron bien de este sitio.

- ¡Por favor! Preferiría que me llevaras a un aburrido museo que a un bar de delincuentes. Para esto, me quedaba en mi casa.

- Esta bien, reconozco la culpa- Escucho las risas de Gon a sus espaldas- Esto es terrible.

- ¡Dilo ya, es rarísimo!

Kurapika se mordió el labio inferior.

La gente del comedor se fijaba en ellos con gran suspicacia. ¿Y cómo no lo harían? Acababan de entrar dos niños en edad escolar en terreno peligroso. Kurapika no había venido a la mano de Killua, quizás eso hubiera sido mejor, porque sentía que estaba en una especie de transacción comercial con el peliblanco, porque cada baboso allí miraba atentamente a Killua, como si estuviera allí para pasar un rato con él. Era una vergüenza.

Kurapika jamás se sintió mas señalado como el perverso en la relación.

Todo lo contrario, Killua se lo tomaba con una calma que exasperaba su sentido de dignidad.

No sabía porque todos le echaban tanto ojo a Killua si no era el único menor de edad en esos lugares a altas horas de la noche. Bueno, tampoco es que fuera sencillo insinuarse a Gon con tremenda compañía en la misma mesa.

Al paso de los segundos, el rubio ya no sabía que era peor. O que lo apuntaran como un pederasta obsceno, murmurando "mira ese manjar con ojos de gato", o compartir una escena de atentado al crimen con Gon y su reciente pareja, Hisoka Morrow.

Pero no, el peor momento llego cuando pensó que nada podía superar su penosa situación.

- ¡Chicos, cantemos!

Gon no perdió tiempo en subirse al escenario, pidiendo al barman cantar karaoke, pagando una miseria que sorprendería hasta a Leorio. En un santiamén, el pelinegro estaba en posición, micrófono en mano y un dj preparado.

Hisoka sonrió con diversión, como si esos arranques impulsivos de su niño lo pusieran más ansioso que lo que ya estaba. Kurapika deseo gritarle varias cosas y Killua se quedó a observar, tan aburrido por ese intento de cita que cualquier cosa le vendría bien.

La música comenzó a sonar y la voz enérgica de Gon Freecs llego a todos los rincones del local y toco los corazones del público. Como se trataba de Gon, su canción fue una mezcla de pop con estilo bailable y más instrumental que letra.

De un momento a otro, el gentío que estaba sentado se puso de pie y un montón de personas se acercaron al escenario para halagar, silbar y admirar al moreno.

Killua estaba con cara de ya haberlo oído cantar, a la vez que Hisoka se relamía los labios.

Se acabó la canción y una ola de aplausos aclamo a Gon.

El albino le hizo un gesto de victoria de lejos. Kurapika aplaudió, mirando de reojo como Hisoka se dedicaba a fulminar a cada hombre que intentaba acercarse a Gon con intenciones nada nobles. Quienes creían a Gon una presa fácil, Hisoka los sacaba del error con una fría mirada dorada, capaz de perseguirte en pesadillas.

- ¡Yo sigo!- Killua se contagió de la emoción del karaoke y subió al escenario, haciendo a Gon a un lado para tomar posesión del micrófono- ¡Dele play!

Haciéndole señas, Killua pareció entenderse rápido con el encargado de la música y pronto fue su turno de destacar. Su canción era bipolar, de ritmo agitado, bastante oral. Nadie iba a negar que la voz de Killua fuera equilibrada, sabia manejar los tiempos y su tono llamaba poderosamente la atención, oyéndosele reír de vez en cuando y articulando sus propias frases en medio de la canción.

Cuando la música finalizo, todos en el bar quisieron hacer su aporte.

- Yo no lo hare- Declaro Kurapika, con secreta vergüenza- No me gustan estas exhibiciones.

- No hace falta que lo digas, ya te conozco- Dijo Killua, lanzando el micrófono a destino desconocido. Para buena o mala suerte, Hisoka fue el que cogió el aparato- Veamos que tienes.

Fue un error.

A los cinco segundos que Hisoka comenzó su canto, Kurapika sintió urgentes deseos de escapar como nunca en la vida.

Gon no sabía dónde meter la cara, encendida de rojo hasta las orejas y buscando un mantel con el que cubrirse la pena.

Killua no paraba de reírse, al punto de quedarse afónico.

- Me equivoque, rubio- Dijo entre risas a Kurapika- ¡Esta si es una cita! Volvamos otra vez- Con esfuerzo por hablar coherente, miro hacia su amigo que trataba de esconderse bajo la mesa- ¡Gon, la próxima hagamos una cita doble!

Ni Kurapika ni el hijo de Ging le respondieron, superados por el bochorno.

Killua recordaría la "cita en el bar de karaoke" por siempre. Y es que, Hisoka cantando la letra más perversa del repertorio era inigualable.

¿Quién se olvidaría de su versión "Dentro de ti" después de eso? Gon debería comenzar a acostumbrarse a esos líos a causa de la pareja que eligió.

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El karaoke de Hisoka esta vez fue de Russell Brand - Inside Of You, de la película "Como sobrevivir a mi ex". 


Extrañas fijacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora