Una noche estrellada

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Era la décima vez que Leorio ponía esa cara de cachorrito desamparado, solo que esa noche fue la primera vez que el perro si consiguió la lastima de alguien.

- Bueno, chicos- El "adulto" se puso de pie, un poco torpe debido a las copas que se había tomado anteriormente- Yo y mi dama de la noche nos vamos- Anuncio, agarrando la cintura de una atractiva pelirroja que le sonreía coquetamente.

Gon felicito la suerte de Leorio, no siempre lo veía de buen humor y menos con una mujer así de hermosa. Mientras tanto, Killua y Kurapika estaban reprimiéndose de decir algunas cuantas malas palabras. Kurapika no cedía a la vulgaridad porque era educado, esa parte se la dejaba a Killua, pero el albino no podía ser abierto en ese contexto porque su querida hermana, Alluka Zoldyck, los acompañaba durante esa cena.

- Nos vemos, ¡Esta noche la pasare bomba!

El aspirante a doctor grito eufórico a todo el restaurante, seguido de su compañera hasta la salida.

"- Vaya cliché"- pensó Killua, sarcástico- "Una mujer aparece de la nada y te ofrece pasar un buen rato."

"- Justo a Leorio, ¿No se da cuenta?"- censuro Kurapika, impresionado de la capacidad mental de su amigo.

- Increíble que Leorio tenga una cita, ¿no creen?- Festejo Gon, con gran sonrisa.

Killua se obligó a sonreír y el rubio se aclaró la garganta.

"Es una prostituta", coincidieron en el pensamiento.

- Solo espero que no termine en la cárcel- Kurapika miro el techo, pidiendo no ser el primero al que llame para pagar su fianza.

- ¿Porque dices eso?- Quiso saber Gon, pero se olvidó de lo que pregunto cuando oyó a Alluka pedir el postre.

- Quiero flan, onni-chan.

- ¿Ah, sí? Te lo pediré- Killua le sonrió, acariciándole la cabeza como tenia de costumbre- ¿Alguien quiere algo más?

- Nada, gracias- negó Kurapika.

- Yo también comeré flan- dijo Gon, extrañamente nervioso.

- Onni-chan, quiero ir al baño.

- Te mostrare donde es- Killua se paró y tomo a su hermana de la mano para guiarla, dejando a su par de amigos.

Una vez a solas, el mayor tomo ventaja para hablar libremente con Gon.

- ¿Porque no miras a Alluka a la cara?

- ¿Qué?

- Has estado nervioso desde que Killua nos invitó a cenar.

Como esperaba, Gon se restó a agachar la cabeza como quien asume la culpa para luego enseñarle esos ojos chocolate, suplicante porque guardara su secreto.

- No se enterara por mí, despreocúpate- Consoló Kurapika, divertido con su actitud primeriza en el amor.

- Si tú te diste cuenta, ¿Cómo no lo hará el?

- Deberías buscar un momento donde estén separados para estar con Alluka. No es algo complicado.

Ante este consejo, a Gon se le ilumino una idea.

- ¿Y si me ayudas, Kurapika?- Ofreció, a lo que el Kuruta casi escupe su té- ¿Podrías distraer a Killua un rato para poder hablar con su hermana?

Extrañas fijacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora