•Veneno•

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Natsu

-Pues espero que no te retractes!!, le grité a Lucy...nuevamente.

-Tú eres un idiota, Dragneel, ójala se te rompa un ala!!, gritó ella devuelta.

-Espero que te dé un calambre en la cola!!, respondí.

Ok...así es la cosa, todo iba perfecto está mañana hasta que mi padre tocó un tema que a Lucy no le agrada mucho...el matrimonio, y eso llevó a otra cosa: la pelea de ayer...las responsabilidades. Lucy no quiere casarse, sé que me ama pero no está lista para casarse y sé que casarse conlleva muchas responsabilidades que no quiero cumplir. Así es como terminamos peleando.

-Matrimonio!? Quieres que nos casemos!? No puedes ni con tus deberes de príncipe, menos con un matrimonio, replicó ella furiosa y otra vez las burbujas estaban a su alrededor.

-Yo no me quiero casar!! Porque sé que tú no quieres!!, contesté -Además, tú no me crees capaz de llevar tantas responsabilidades, le dije.

Cuando ella iba a responder la puerta se abrió, dejando ver a Flynn, un mayordomo del castillo muy tímido.

-Di-Disculpen, majestades, dijo asomando la cabeza.

-QUÉ!?, contestamos los dos al mismo tiempo.

-H-Hay alguien a-abajo que lo busca, majestad, contestó.

-Ya bajamos, contesté.

-Tranquilo príncipe Natsu, ya subí yo, la puerta se abrió completamente dejando ver a Cobra. Un dragón que conocí poco después de llegar.

Vio de arriba abajo a Lucy y su mirada no se veía nada sana, eso me enojó. Lucy está molesta, así que no le puso atención.

-Cobra, qué haces aquí?, pregunté sorprendido.

-Quería saber si ya encontraste pareja pero por lo que veo, ya lo hiciste, contestó despreocupado.

-Para qué querías saber eso?, pregunté confundido.

-Quería conocer a la afortunada, para desearle buena suerte, contestó.

-Natsu, quién es él?, habló Lucy.

-Erick, pero para tí belleza, soy Cobra, contestó él por mí y se acercó a ella a abrazarla sutilmente.

-Lucy, un placer. Te aviso que no necesito suerte, sé que hacer con él en casos así...Cobra, dijo Lucy.

-Lucy...como la princesa sirena, dijo él pensativo.

-Sí, lastimosamente me pusieron el mismo nombre que esa princesa de pacotilla, contestó rodando los ojos.

¿Por qué Lucy oculta su identidad? ¿Acaso tiene miedo?

Cuando Cobra se fue, no sin antes darle una última mirada a Lucy, ella se volteó a verme pero no era una mirada de enojo, sino de cansancio y se desmayó en mis brazos.

-Guardias!! Guardias!!, grité preocupado.

Llegaron unos minutos después e inmediatamente llamaron a Wendy, la enfermera del castillo. Se asustó al ver a Lucy en el estado en que estaba. Ella estaba sudando frío y estaba completamente congelada.

-Majestad, le voy a pedir que se retire por favor. Salvaré a la señorita, ¿salvarla? ¿Cómo que salvarla?

Al ver que no me movía, llamó a los guardias y estos me sacaron de la habitación. Nuestros amigos llegaron minutos después con el papá de Lucy, quien entró a la habitación con una caja en las manos. Le expliqué a los chicos todo lo que había pasado y la manera tan extraña de actuar de Lucy. Luego de unos minutos de silencio, escuché los gritos de Lucy y de Wendy.

Mi Pequeño Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora