Capítulo 1

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Nunca he pensado sobre quien soy, ni lo que quiero hasta hace unos días. 

Cuando salí de la preparatoria, todo comenzó a volverse cada vez más evidente. En las vacaciones estuve trabajando en una microempresa como almacenista de productos industriales. Entré a la universidad y ahora estudiaré ingeniería físico industrial. Soy muy bueno en matemáticas, no sé cómo puedo comprender con facilidad algo que a muchos se les complica; pero no creo ser inteligente, solo un chico con suerte. En la vida soy patético y no soy bueno en muchas cosas, no me expreso muy bien al hablar y sobre todo soy pésimo socializando. Me llamo Marco Molina, tengo diecinueve años y mi mente está más confundida que nunca. Tengo un año aproximadamente que no tengo novia y he besado a muy pocas chicas. No soy atractivo, ni soy fuerte, soy malísimo en los deportes, pero eso no cambia mi gusto por el baloncesto y futbol. Mientras voy en el transporte público veo por la ventana el trayecto de casa al instituto; mis recuerdos van y vienen de la preparatoria, ¡rayos la extrañaré! Pero esto es parte de crecer, es seguir avanzando y no quedarse en un sitio estancado. Hoy es el primer día de clases y me siento como un torpe novato que no sabe cómo actuar; camino por los pasillos de las instalaciones, veo a varios estudiantes riendo en grupos y hablando de cosas menores, pero no conozco a nadie. No sé con quien hablar. Aunque así es mejor que echarlo todo a perder. Entramos al salón de clases y nuestro profesor se presenta con el nombre de Miguel Ángel Castañeda. En seguida y como siempre, por ser el primer día de clases hacemos una dinámica para aprendernos el nombre de nuestros compañeros, la cual consiste en nombrar nuestro nombre y un animal que lleve la misma inicial, el siguiente tendrá que decir el nombre y animal del anterior y en seguida el suyo, aquí el problema es que mientras más tarde sea tu turno tendrás que memorizar más, ya que tendrás que nombrar a todos los que se han presentado.

Mi grupo es grande, somos 30 alumnos. Un chico alto y fornido se encuentra en el asiento trasero, murmura:

—¿Para qué hacer la dinámica? Si mañana se nos olvidarán todos los nombres.

—Sí, ya sé —menciona una chica de cabello negro y largo, la cual está sentada al lado izquierdo de aquel chico.

Comenzando la dinámica, empiezo a memorizar todos los nombres que me son posibles, de manera que imagino al lado de ellos el animal que mencionan, como si fuera una mascota. Aunque al decir león, cocodrilo o elefante no se te viene a la mente el concepto de mascota.

Después de usar por un tiempo nuestra pésima memoria y terminar con la dinámica nos reunimos en grupos enumerados del uno al seis, donde los equipos se conforman por cinco integrantes, me toca estar con dos chicas y dos chicos. Comenzamos a platicar un poco de nuestros pasatiempos, sobre lo que nos gusta y lo que no. Uno de los chicos es un poco exagerado con todo lo que dice, parece que su vida está llena de aventuras; una de las chicas es muy tímida y usa unos enormes anteojos, además dice lo mucho que le gusta venir a la escuela. Y así continuamos hablando; es tan aburrido escuchar y saber sobre personas desconocidas. Hasta que un chico de mirada intensa y que se ve en forma, nos comienza a contar su historia: era uno de los mejores jugadores de baloncesto en su otra escuela. A pesar de eso él prefirió inscribirse en este instituto debido a que le gusta esta carrera. Nos cuenta una historia de cuando jugaba baloncesto en la final: su equipo estaba perdiendo 75 a 82 y quedaban dos minutos aproximadamente. La victoria estaba lejos para su equipo, no tenían oportunidad de igualar el partido y mucho menos ponerse a la delantera, pero aun así seguían dando lo mejor de ellos. No se rindieron hasta el final, hasta escuchar el sonido que finalizó el partido. No permitieron que sus contrincantes anotaran una sola canasta más, aunque aun así perdieron 80 a 82. Entonces nos mira a cada uno y nos dice:

—¿Saben porque les cuento esto?

—No —respondo y él solo me mira con una leve incomodidad.

LAS ESTRELLAS QUE CONTAMOS JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora