Sin tierra ni suelo

6-Mientras tanto

  Mientras no te olvide eres tan mío

Si respiro es gracias al dolor

Y arrancarte no va a ser sencillo

Como decirle al sol que apague su calor  

El cometa Halley orbita alrededor del sol cada 75 años. Es tan grande y brillante que, cuando pasa, se puede ver desde la tierra sin necesidad de un telescopio. La mayoría de los seres humanos solo tendrán ocasión de verlo una, a lo sumo, dos veces en la vida.

Aitana lee un artículo al respecto al poco tiempo de llegar a Nueva York y anota en uno de sus cuadernos, que el fenómeno se asemeja al gran amor de la vida de una persona. Lo normal es que sea una experiencia que se disfruta una, a lo sumo, dos veces en la vida.

Aitana está cada vez más convencida de que ella ya ha disfrutado de su avistamiento. Luis fue su cometa Halley, tan grande y tan brillante, que todo el mundo podía verlo.

Es por eso que, en esta nueva etapa de su vida, no espera acontecimientos extraordinarios.

Poco a poco empieza a tejer las rutinas de su nueva vida. Se levanta temprano, muy temprano, y sale a correr por el parque que hay a unos quince minutos de su casa. Procura correr hasta que empieza a sentir el sudor caer por su espalda.

Quizá sería más lógica una medida en tiempo o distancia, pero decide que esta es la que más le conviene a ella.

Los primeros días busca una cafetería en la que desayunar. Después, poco a poco empieza a conocer los comercios más cercanos a su apartamento y se hace con una provisión de alimentos, razonablemente sanos para no tener que comer fuera continuamente.

Cambia el cobertor de su cama y distribuye marcos con fotos de sus seres queridos por el estudio para hacerlo más acogedor. Mientras está en casa, mantiene encendido de forma permanente el incienso para eliminar el mal olor.

Se siente poderosa la primera vez que consigue hacer completar una colada en el cuarto de la lavandería y mortificada cuando se pasea con una bolsa de la basura por la calle durante diez minutos antes de que su vecina le informe de que existe un depósito en el mismo rellano del apartamento.

Su vida adquiere ritmo y rutina. No deja de extrañar su casa y a los suyos, pero poco a poco, siente este lugar y esta aventura como algo propio de lo que se siente orgullosa.

Durante las mañanas acude a clases.

Ella, que creía tener un control notable del idioma inglés, descubre que no es suficiente para entender las explicaciones técnicas avanzadas de muchos de sus profesores.

De modo que prácticamente se dedica a grabar las clases y dedica las tardes a desentrañar los distintos acentos y giros del lenguaje.

Se suceden horas de técnica vocal, historia, composición, harmonía y piano, teoría de la música y otras. Avanza razonablemente en las clases prácticas y finge que entiende más de dos frases seguidas en las clases teóricas.

En todas tiene un éxito razonable. Excepto en historia de la música.

En primer lugar porque Aitana nunca ha sido una gran entusiasta de la historia.

Y en segundo lugar porque el profesor decide desde el segundo día que Aitana no es de su agrado.

Después de mucho tiempo impartiendo el módulo de música barroca dentro de la asignatura de Historia de la Musica, Nathann Shields se ha ganado a pulso la fama de ser extremadamente estricto.