Sin tierra ni suelo

11. Ghost

And there's not enough room

In this world for my pain

Signals cross and love gets lost

And time passed makes it plain

Of all my demon spirits

I need you the most

I'm in love with your ghost

I'm in love with your ghost

Cuando termina su breve relación con Martin, Aitana empieza a ser consciente de hasta qué punto había llegado a depender de su presencia.

Se vuelve a sentir sola como tras su llegada la ciudad.

Recuerda los días encerrada en su diminuto estudio y decide que, esta vez, no va a perder el tiempo. 

Caminar, a veces durante horas, la ayuda a aclarar sus pensamientos.

Pasea, sin rumbo fijo, por las calles de Nueva York y echa de menos las largas explicaciones de Martin sobre la importancia de una diminuta columna perdida en medio de la maraña de edificios.

En cambio, al caminar sola empieza a interesarse por otros aspectos de la ciudad en los que nunca se había fijado hasta ese momento.

Arranca todas las mañanas con un café y sus libretas. A veces camina durante horas y otros días escoge una cafetería o simplemente un banco en el que sentarse y escribe o dibuja.

Se detiene a escuchar a los músicos callejeros. Jazz, folk, contry e indie se reparten las esquinas. Aitana se pasa horas escuchando y aprendiendo de ellos. Pocas ciudades acogen semejante variedad y talento.

Se sumerge en los mercados al aire libre y aprende a ser consciente de la variedad de estímulos. Deja que su oído se eduque al recibir palabras en mil lenguas, las especias la emborrachan y los colores la inspiran.

A nivel creativo esos paseos resultan más productivos que sus clases en Juilliard. Cada vez ocupan más horas los primeros en detrimento de las segundas.

Cuando llega abril tiene que aceptar que la escuela de música no es el lugar más adecuado para continuar su formación.

Curiosamente en cuando acepta que no seguirá adelante con sus clases, empieza a pasar más tiempo en sus instalaciones, reservando las salas de piano en las que emplea tardes enteras en plasmar en música todo aquello que la ha inspirado en sus vagabundeos. Otras tardes se queda en casa con su guitarra y se familiariza de nuevo con sus cuerdas permitiendo que le cuenten sus secretos.

En cuando la música deja de ser su obligación académica, recupera la pasión por ella.

De pronto, llueve durante una semana seguida, una lluvia casi monzónica,inusitada en la ciudad, que le impide salir de casa.

Se sienta una mañana ante el ordenador y se dedica a ver vídeos de la academia y la gira del verano del 2018. Todos aquellos que siempre le habían resultado especialmente dolorosos y nunca se había atrevido a visitar de nuevo

Llora durante horas al observar, como espectadora privilegiada que sabía lo que estaba ocurriendo entre bambalinas, la evolución de su relación con Luis a través de sus actuaciones juntos. Recuerda entre sollozos desgarrados cada broma cómplice detrás de cada caricia mal disimulada.

Entiende que está llorando, por primera vez, no por el hombre que murió, sino por la relación que, entre todos, angostaron hasta que se marchitó.