9. My descent into madness

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Come visit me tonight at eight o'clock and then 

You'll see how I am not the crazy one

Voices tell me I'm the shit  

Hay quien se desmaya de golpe y no recuerda siquiera los momentos previos. Para Aitana no es así, durante unos segundos eternos justo antes de desplomarse en el suelo todos los sonidos le llegan con un eco metálico y motas negras empiezan a ejecutar una complicada danza ante sus ojos.

Lo que no puede recordar es lo que sucede en los momentos que siguen a perder la consciencia, no escucha los gritos preocupados de Martin, no sabe quién la recoge del suelo y la deposita sobre los bancos de plástico de la sala de llegadas del aeropuerto y, sobre todo, no tiene idea de cuánto tiempo pasa hasta que vuelve a abrir los ojos y se encuentra con los ojos azules de Martin llenos de preocupación delante de ella.

- ¿Luis?- susurra sin salir de la nebulosa.

La mirada de Martin refleja más sorpresa que otra cosa al escuchar sus primeras palabras.

- Aitana, te acabas de desmayar, tienes que levantarte muy despacio- le dice cuando intenta incorporarse de nuevo y con más urgencia.

Poco a poco, empieza a percibir con más claridad lo que tiene a su alrededor, las luces frías de neon del aeropuerto y la dureza de las sillas de plástico en las que está tumbada, pero sobre todo la necesidad de levantarse y confirmar que no ha sido todo un sueño.

Aparta a Martin de su campo de visión con pocos miramientos y al levantarse bruscamente se siente nuevamente algo mareada pero eso no la detiene.

En seguida lo encuentra, de pie junto a Martin. No tiene la menor duda de que es él. Está cambiado sí, pero no hay duda.

De alguna forma que no puede explicar, Luis Cepeda está de pie frente a ella, pero su rostro no expresa reconocimiento, ni alegría por volver a verla, solo la lógica preocupación por ver a una completa extraña desmayarse en un aeropuerto.

Antes de poder preguntar, averiguar o buscar aclaraciones, Martin la interrumpe.

- Aitana este es Pablo, ya me has oído hablar de él en otras ocasiones.

¿Pablo?

Aitana les mira a ambos como si estuvieran locos o le estuvieran gastando una broma muy pesada.

- ¿Pablo?, no sé lo que está pasando, pero este hombre es Luis Cepeda

Martin muestra una mueca de horror porque conoce el nombre y sabe la importancia de este para Aitana, pero el rostro del otro hombre no da la más mínima señal de reconocimiento.

- ¿Disculpa?

Martin preocupado la toma por los hombros y le obliga a mirarle.

- Aitana, no sé lo que te pasa pero este es Pablo Martinez, es uno de mis compañeros de baloncesto, es profesor, es de Santander. No es Luis Cepeda.

Las motas negras vuelven a hacer su aparición y también la incapacidad de hacer llegar el aire a sus pulmones que creía superada.

Pero Luis o Pablo, o como quiera que se haga llamar interrumpe a Martin.

Por fin! Le va a explicar que no está loca como parece pensar.

- Creo que sé lo que pasa, hace cuatro o cinco años, la última vez que visité a mi familia en España, me dijeron que me parecía un montón a un tío que estaba en un concurso.

Sin tierra ni sueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora