14. I'll say I'm sorry now

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You can walk awhile

Down the mystery mile

You can beat the drums of freedom

And in love and war

Through the rush and the roar

You just call 'em like you see 'em


Tras conocer esa pieza de información clave sobre la familia de Mencía y la firme decisión de Luis de apartarse de ella, Aitana no sabe por dónde continuar preguntando. Es evidente que ese no es el fin de la historia.

Si ese fuera el punto y aparte entre Luis y Mencía, no existiría una lápida en Ourense con su nombre y los números arrancados por una madre rota de dolor. Si hubiera marcado el punto y final entre ellos, Aitana no estaría en un apartamento de Nueva York hablando con un fantasma.

De modo que es evidente que la decisión de dejar de ver a la joven gallega no fue más que un punto y seguido en su relación. Pero mientras medita sobre ello, Aitana descubre que no hay ninguna pregunta cuya posible respuesta no le provoque pánico.

Luis ha ocupado ahora el taburete de la cocina y, de forma casi mecánica y mientras mide sus próximas palabras, Aitana ocupa el asiento próximo a él.

Con miedo a tocarle de nuevo, pero con pavor a que se aleje demasiado. Intentando descubrir a un perfecto desconocido, pero con el corazón gritando para que consuele a su alma gemela.

Solo que quizá ella no sea el alma gemela de Luis, o de Pablo, o de cómo coño se llame ese hombre. Quizá su alma gemela es la sirena de ojos azules de su historia.

Quizá Mencía Mariño está tan muerta para el mundo como Luis Cepeda y una mujer con otro nombre a la que le ha prestado su cuerpo, le esté esperando a unos kilómetros de allí en su paraíso de veinticinco metros particular.

- ¿Cuándo volviste a verla?- está orgullosa de que su voz apenas tiemble cuando habla por fin

Luis la mira fijamente, puede que midiendo si la mujer que tiene enfrente está preparada para conocer el resto de la historia.

- Pasadas un par de semanas Mencía vino a verme. El día que cenamos todos en casa de Ana ¿recuerdas?

Aitana se muerde el labio para no gritar. ¿Qué si lo recuerda? Hasta hace unas horas estaba convencida que aquella cena era la última vez que había visto a Luis con vida.

Ése era el día que Luis le había reprochado su forma de manejar su carrera y había jurado que había dejado de conocerla. Es una efeméride difícil de olvidar.

Solo que para Luis no parece ser un día memorable por ser aquel en que que dejó de hablar para siempre con Aitana.

Sino por ser el día en que volvió a hablar con Mencía.

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Tras la conversación con Roi en la cafetería del hotel, Luis se limitó a enviar un mensaje a Mencía retrasando su próxima cita. Una vez en Madrid, aplazó y evitó sucesivos encuentros y dejó sin contestar varios mensajes esperando que la joven captase el mensaje que pretendía enviarle: que lo que fuera que hubiera entre ellos había llegado a su fin.

Reconocía que se trataba de un comportamiento despreciable y era consciente de ello. Nunca lo había hecho con ninguna mujer y no se sentía orgulloso, pero sinceramente no sabía cómo terminar con Mencía y tenía claro que no quería continuar con esa relación.

Sin tierra ni sueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora