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Wonjae se había acomodado sobre el sofá y Namin sobre él, quedando a horcajadas suyas, no habían pasado de los besos, ella lo había intentado pero él se negó.
—Aún estas ebria —repitió Wonjae separándose para besar su mentón—. Preferiría que estuvieras cien por ciento conciente.
—¿Quién te enseñó esos modales? ¿tu mamá? —le preguntó apartandose para sentarse a su lado.
—Un hyung —corrigió girando su cabeza para verla—. Dijo que si pensaba estar con una chica que mejor esté en sus cinco sentidos, eso me evitaría futuros escándalos.
—Parece ser un experto es meterse en problemas o completo caballero —bromeó sonriendo—. Aunque puedo asegurarte de que no diré nada de lo que pasó aquí, tampoco me favorece, ¿tan famoso eres?
—No, pero mi empresa sí —aclaró recostando su cabeza en el respaldo.
—¿Cuál es?
—AOMG, seguro la conoces —contestó desviando la mirada.
—¿Entonces tu hyung es Jay Park?
—Sí.
Él espero oír algún grito de sorpresa o que ella comenzara a interrogarlo respecto a ello pero nada, sólo silencio, cuando la miró Namin sólo lo miraba con los brazos apoyados sobre el respaldo, su expresión era seria.
—Creí que te gustaba —murmuró apartando la mirada para mirar sus manos sobre sus piernas.
—Físicamente es caliente, y sigo mucho su música, desde que empezó en realidad, pero no esperes verme llorar al oír de él —especificó encogiendose de hombros—. Pero si habláramos de Giriboy sería diferente.
—¿Te gusta él?
—Tengo gusto por los hombres bajos, detesto estar de puntas de pie o partirles la espalda —contó bromeando sacándole una sonrisa al mayor—. Me da igual.
—Bien.
—Entonces has de ser una joya si estas en dicha empresa, no puedo dudarlo —comentó asintiendo con la cabeza—. Estoy curiosa por oír tu música y leer sobre ti.
—¿Para qué?
—Necesito otra razón para asegurarme que caí en buenas manos.
—Mejor ve a dormir —mandó parandose—. Es tarde.
—Querrás decir temprano —bromeó acostandose en el lugar que Wonjae desocupo.
—¿Quieres dormir en mi habitación? —ofreció parado frente a ella.
