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—Increíble que el tipo no sea alguien tóxico —comentó el novio de su amiga sin despegar la vista de la televisión.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Namin viéndolo.
—Me da miedo su rap —admitió fingiendo estremeserse.
Habían puesto, por insistencia del único hombre presente, ver algunos vídeos de presentaciones de Wonjae, terminaron encontrando un video con una recopilación suya de toda la temporada de Show me the money 6, no dudaron en ponerlo.
—¿Te da miedo ver a alguien rapear pero no que entren a robar a tu casa? —cuestionó indignada la invitada.
—Uno siempre debe permanecer en calma en situaciones así —se justificó como si fuese obvio.
—Sí, pero no ofrecerle un café a quien busca cosas de valor de tu casa para llevárselas —se metió Yuna divertida.
—¿Estas de mi lado o no, amor? —se quejó mirándola.
—¡Todos ser con uso de razón jamás se le pasaría por la cabeza darle café a un ladrón que roba tu casa! —exclamó Namin.
—Lo reconocí, éramos amigos de primaria —se defendió—. Aún así, gracias a ello no perdí nada, le di café, un apretón de manos y se fue. Fin de la historia.
—Y tuviste suerte, pero eres un idiota —dijo su novia—. Aparte, ¿por qué te daría miedo ver rapear a alguien?
—Es que Wonjae es demasiado oscuro, como si una capa de dolor, angustia y ese montón de emociones negativas lo rodearan, sus letras también, es que es un conjunto de cosas —aclaró mirando a su novia—. Me da pala espina.
—Estamos hablando de un Wonjae del 2017, él ya no luce así, ni tiene ese capa de sentimientos oscuros. —Rodó los ojos—. Puedo asegurartelo, también me llamó la atención cuando lo vi en el programa, porque ahora no tiene nada que ver con lo que era antes.
—¿Me lo presentaras? —preguntó Taeil mirándola con ilusión.
—¿Debería?
—Te ayudo con física y no lo hago por caridad. —Se encogió de hombros—. Favor por favor.
—¿Ese favor es conocer a quien me cojo?
—Favor sería conocer a Simon Dominic, es como si fuese mi puente —explicó con simplicidad.
—¿Qué te dije de utilizar a las personas? —reprochó Yuna de brazos cruzados.
—Bien, olvidalo, no quiero conocerlo —termino por negarse sin ganas—. Pero confío en tu palabra.
