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Por más que su cuerpo estuviera en esa tienda de ropa, específicamente de vestidos, la mente de Namin se encontraba en otro lado, en parte se debía a que no estaba interesada en saber como le quedaba el vestido de dama de honor que su hermana encargó, por suerte eran de un color vino y nada de pasteles, en si la boda iba a tener esa clase de colores oscuros y elegantes.
—Te queda hermoso —halago Haneul con una sonrisa—. Sabía que se podía confiar en mi buen gusto.
—Es lindo, si —aceptó mirándose al espejo.
Oyó a su hermana suspirar y deseó haber fingido más emoción o mostrarse agradecida de que no hubiera elegido un color o diseño horrible.
—¿Qué te pasa? —preguntó parándose para quedar a su lado frente al espejo—. Se por lo menos un poco más amable, te traje aquí sola como pediste y no con mis amigas.
—Sinceramente creo que le hiciste un favor a ellas —bromeó mirando a su hermana a través del espejo.
—Anda, dime que te molesta —mando cruzandose de brazos.
—La lista de invitados —admitió frunciendo el ceño—. Dijiste que Taemin no estaría.
—Bueno, no se pudo, ¿si? —restó importancia haciendo enojar a la menor—. Es amigo de Hyunjin, son muy cercanos y sería raro que no fuese invitado.
—Entonces me haces aguantar el mal trago a mi, ¿no? —criticó alejándose a los vestidores—. Sólo una cosa te pedí.
—Juro que hable con Hyunjin pero no dio el brazo a torcer, además es bastante infantil de tu parte pedirme que no invite a tu ex a la boda de uno de sus mejores amigos —se defendió—. Aparte puede ser tu oportunidad para demostrarle lo bien que estas sin él y no lo necesitas.
Namin no respondió, en parte entendía porque su hermana la llamaba infantil, ella sólo le contó la versión "dulce" de su ruptura, diciéndole que él la había engañado con una amiga suya, ella no sabía del resto, por ello no discutió, porque no quería tener que contarle toda la historia a su hermana, ya vería la forma de como tenerlo lejos.
—Y si viste la lista seguro leíste el nombre de Yongjun —agregó la mayor desde el otro lado del probador—. De nada.
—Genial, una bien —festejó pero en realidad sí estaba feliz.
Después de contarle a Haneul que él gustó de ella cuando era más joven la chica rechazó por completo la idea de quererlo en su boda, porque no bastaba con que tuviera una mala reputación, no hubiera terminado el secundario y además era un rapero de cuarta —según ella que escucha grupos idols— ahora había que agregarle que estaba enamorado de ella, y no sirvió que Namin le explicara que eso fue hace años y él ya no siente nada sigue convencida que él no la superó por más de no hablar.
