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Si los nervios fuesen una competencia Namin y Wonjae estarían cabeza a cabeza, pues cuando el veintitrés de diciembre comenzó a las doce de la noche sólo era cuestión de horas hasta que volvieran a verse pero con otras personas cerca y ésta vez ya con el resto sabiendo lo que eran.

Aunque Wonjae no podía engañarse, cuando abría sus mensajes esperaba poder recibir alguno de ella felicitandolo por cumplir años, aún sabiendo que ella es la clase de persona que espera hasta la tarde para hacerlo, se lo había dicho, pero su mañana resultó siendo intensa, si así podría decirse, debido a la falta de charla con ella.

Para sorpresa de todos en AOMG él fue a trabajar por la mañana, eso último era lo que llamaba la atención, Jay al ya estar ahí desde temprano quiso sacarse la duda de ver al menor tan temprano.

—Parece que cumples años y te vuelves más exigente —comentó echándose en su sofá, entró a su estudio sin tocar.

—Sólo quería despejar la mente —se excusó mirando la computadora.

—¿De qué? Siquiera eres tú quien organiza tu cumpleaños, sólo debes ordenar tu casa —se extrañó, cruzandose de brazos, mirando con atención al azabache.

—Invité a Namin —admitió por lo bajo—, estoy nervioso —agregó antes de suspirar.

Jay pensó bien antes de responder, le hubiera gustado burlarse para ya va aceptando la idea de que Namin no es un tema ligero con el cual bromear, por más que el menor no lo supiera. Sonrió mirando al contrario.

—Bueno, ¿quieres decirme qué te tiene nervioso en específico?

—No sé quién es —contestó con torpeza.

El mayor no lo aguantó y comenzó a reírse, comprendió que los nervios eran reales y tontos a la vez.

—Es Namin, punto.

Wonjae lo miró, esperando que se explicara.

—Nosotros ya sabemos quién es, ¿tus amigos más cercanos lo saben también? —interrogó inclinandose, apoyando sus brazos en sus rodillas.

—Sí, ya la he mencionado antes, pero sólo como alguien con quien... me veo de forma regular pero no seria —aclaró entre tartamudeos.

—Bien, entonces para ellos también es Namin —facilitó aplaudiendo—. ¿Has pensando en que quieres comer por la noche? Yo quiero pollo frito.

—Quiero un menú vegetariano para Namin —respondió con una sonrisa—. A ella le gustan mucho las papas.

—Como a cualquier persona de este mundo que merezca vivir —bromeó—. Aun así, te diré que tendrás que cuidarla de Kisoek hyung, ese idiota irá a hostigarla.

—Ella sabrá que hacer —aseguró—. Le diré de vernos antes así le advierto sobre todos.

—¿Por qué no la ves ahora? —sugirió moviéndose en su silla, de un lado hacia el otro—. ¿O crees que es mejor encerrarte en el estudio?

—Lo necesito por este momento —afirmó volviendo a mirar la pantalla de su equipo—. Quiero trabajar en algo.

—Bien, ¿te dejo solo?

Bad vibesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora