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Namin sabía que la paciencia hacia al maestro, bueno, en realidad era la práctica, pero había cambiado la frase a beneficio suyo, aunque tampoco importaba porque ella había roto sus propias reglas. Sólo había dejado pasar una semana y dos días hasta que terminó en una cafetería a dos cuadras del edificio de Wonjae, pues en ese tiempo se había encargado de investigar todo lo posible del rapero y saber que arruinó su primer encuentro la carcomia viva, quería plantarsele en frente y disculparse, aunque sería hipócrita de su parte porque no lo sentía, sentía el haber arruinado su posibilidad de estar con él, nada más.
Una amiga suya de la Universidad vivía cerca de Wonjae, con esa excusa se había juntado con ella, otra vez utilizando a sus amigos, pero fue sincera igual al decirle el porqué estaba ahí, además quería de vuelta sus apuntes de la clase de química, de pasó le contó su experiencia "cercana" a la muerte, ganándose un regaño de esos que te hacen agachar la cabeza y disculparte cada cinco palabras dichas por tu amigo.
—¡¿Es qué estabas pensando?! —gritó exaltada su amiga—. Mira si alguien de la presa estaba detrás tuyo, hay miles de personas que adorarian destrozar a tu padre y eres el blanco perfecto, no es la primera vez que estas en el ojo de la tormenta, ¿recuerdas esa vez que se te vio besandote con otra mujer? Oh Dios, parecía que el mundo se iría a la mierda.
—Era un chico con pelo largo —murmuró por lo bajo—. Pero no vine aquí para que me retaras, quiero mis apuntes y que me digas que hacer respecto al rapero.
—No seas egoísta y no seas un problema para él —respondió con seguridad—. Y deja de beber de más —agregó antes de levantarse a buscar las hojas de su amiga.
—No creo que sería un problema para él, sé guardar bien mis relaciones —presumió sonriendo—. Pero si él me dice que no, lo entenderé.
—La diferencia entre tus otras conquistas es que ninguna era famosa —le recordó dejando sobre la mesa que compartían los apuntes—. Él podría tener a esas fans locas que lo siguen a todos lados, es un milagro que aún no salgan fotos tuyas en sus brazos.
—¿Ese tipo de fans no las tenían sólo los grupos idols?
—Quizás esas sean más extremas, pero no creo que nadie se salve, si seguro hasta Brad Pitt tiene sus propios sasaeng —explicó—. Creo que deberías pensarlo bien.
—Vive a dos cuadras de aquí —contó.
—Ya decía yo que los apuntes eran una excusa.
—No, en parte sí los necesito —interrumpió segura—. Pero fue como: "de paso, ya que estoy por la zona".
—Empiezo a dudar de quienes son las verdaderas sasaeng —bromeó ganándose un gesto exagerado de indignación de Namin.
