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A la mañana siguiente se levantó emocionada, ni asistió a la universidad, quiso darse ese día para hacer lo que quisiera, después podría pedirle a algún compañero los apuntes de ese día.

Se puso mejor cuando vio el mensaje de Wonjae haciéndole fuck you con un emoticon, aunque abajo de éste había un corazón naranja, supuso por su nuevo color de pelo.

Eran recién las diez de la mañana, tenía mucho tiempo antes de verse con Wonjae, como también hablar con sus amigos para confirmar que ese día se verían, agradecía enormemente que al día siguiente fuera domingo.

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—Vamos —murmuró Wonjae con la frente pegada a su escritorio, mirando la pantalla de su celular—. Confirma —suplicó por lo bajo.

Pasaron unos tres minutos hasta que el mensaje de esa pastelería le llegó confirmando su pedido para ese día, sintió que pudo volver a respirar por ello.

Se acomodó mejor en la silla, con una sonrisa relajada y contenta. Ni siquiera sabía porqué fue a la empresa si ni hizo el intento de encender su computadora, pero sabía que necesitaba despejarse para no caer por los nervios.

Encendió por fin la computadora, pero esperando a que lo estuviera del todo alguien llamó a su puerta, esa persona no esperó una respuesta, sólo entró, por lo que sin ver de quien se trataba sabía que era su jefe, el único descarado capaz de importarle poco y nada tener una invitación.

—Wonjae, mi mina de oro —saludo en broma extendiendo sus brazos.

El nombrado lo miro divertido girando su silla.

—Hola, hyung —respondió el saludo más tranquilo.

—¿Cómo has estado? Yo no doy más de lo que va del día —contó sentándose en el sofá del estudio.

—Bien, iba a comenzar a trabajar —respondió señalando su computadora.

—¿Quieres que te ayude en algo?

Wonjae le señaló la puerta, en señal de que quería que se fuera.

—Oh vamos, no seas así —se quejó de forma linda, buscando ablandar al menor—. No he venido tan seguido a la empresa por lo que nuestra interacción fue mínima y nuestra relación ya se está deteriorando.

—¿Qué dices?

—Digo que ya me cansé de tener atrás mío a Sunghwa para que te saque información de ya sabemos quien, pasemos diez minutos más juntos y me voy —confesó sonriendo, Wonjae se rió por ello—. Me da igual sinceramente, aunque no voy a negar que te he visto más contento de lo usual.

Bad vibesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora