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—Wow, realmente ordenaste todo de forma decente —felicitó Sunghwa al entrar al departamento, mirando todo con una caja de botellas en brazos—. Incluso parece más grande.

—Gracias —murmuró jugando con sus dedos—. Hyung, deja eso donde quieras.

—Lo llevaré a la cocina —avisó caminando hasta la misma.

—¿Saliste con Namin? —preguntó Jaebeom entrando con bolsas de comidas.

—Sí, fuimos a una cafetería, luego vinimos aquí y ella me ayudó a ordenar —contó ayudando al mayor con las bolsas—. Ella insistió —rápido informó al ver la expresión de Sunghwa.

—Ya decía yo que sólo no pudiste haberlo hecho —bromeó apoyándose sobre la mesa—. Aún es temprano, tenemos tiempo de ir a casa y cambiarnos.

—Yo ya estoy listo —aseguró Jay despreocupado, alzando sus manos hacia los costados—. Me quedaré con Wonjae para ayudarlo a arreglar todo.

—Tú sólo quieres que te cuente de Namin —acusó rodando los ojos—. ¿Vas a dejarlo quedarse?

—Quiero bañarme, pero puedes quedarte, hyung —afirmó.

Jay le saco entonces la lengua al menor quien le respondió de igual forma.

—Okey, entonces yo también estoy bien —se auto invito.

—Siempre te ves bien —aseguró el ceo con una sonrisa—. Vamos a ordenar todo, Wonjae puedes ir a bañarte, déjanos todo en nuestra manos.

—Bien, pero no rompan nada —dijo en broma alejándose de la sala.

—¡Lo del lavamanos fue un accidente! —gritó el tatuado ofendido—. Dile que no fue mi culpa —le pidió a Gray.

—No voy a mentir —se negó sacando las botellas de la caja.

—Ahora eres inocente.

—¡Dejen de pelear! —mandó el menor desde el baño.

—Puede oirnos entonces —susurró Jay ayudándole, dejo la caja por la mitad en el suelo, cerca de la heladera—. Deberemos hablar en susurros.

—¿Para qué quieres hablar así? —se extraño.

—Quizas porque necesito repetirte lo lindo que eres siempre, más bien hermoso —aclaró por lo bajo, con una sonrisa que derritio el corazón del menor, quien desvió la mirada.

Jaebeom dejó un beso en su mejilla y luego decidió sacar la comida de las bolsas para poder ponerlas en bowls o platos para ser servidos.

En menos de media hora Wonjae estuvo listo, ayudó a sus hyungs a acomodar la comida y las bebidas, sonrió al ver que había algunos platillos vegetarianos para Namin, sabía que eso la haría feliz.

—Wonjae —llamó Sunghwa echándose en el sofá, tenían veinte minutos libres antes de que llegarán los invitados aún—, ¿has visto el proyecto que prepararon tus fans? Hicieron un hashtag tendencia en el país.

—¿De verdad? —preguntó incrédulo—. Vi los mensajes que me llegaron de algunas publicaciones, sólo en Instagram.

—Por lo que leí usaron un hashtag en específico y se organizaron para usar todos la misma foto de perfil, lindo —contó usando el celular—. Tienes un lindo club de fans, para la próxima podrías hacer una reunión con ellos.

—Debería, sí. —Sonrió—. Más tarde me dedicaré a leer todos los mensajes, cuando se vayan los invitados.

—¿Nos podemos quedar? —preguntó Jay—. Como una pijamada entre los tres.

Bad vibesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora