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Lexi.

Nunca tuve la oportunidad de ir a Grecia y ver a un Dios griego,pero legalmente estoy casada con uno.

No pude dejar de mirar su ejercitado cuerpo.

---Desnudate.

---Qué me harás?---le pregunté mientras  él llenaba la tina y yo lo obedecía.

---Alguien me ha contado que has recorrido todo el centro comercial,así que...

---Bañarme contigo es mi castigo por  llamarte puto?

---Sí.

Una vez preparada la tina,él entró y segundos después su bóxer cayó al piso.

Miré su bóxer y luego a él.

---Termina de desnudarte.

No estaba de acuerdo con quitarme toda la ropa frente a él.

---No...

---Mi tina,mis reglas.

---No entraré desnuda.

---Prometo no mirar mientras te quitas la ropa.

---No quiero.

---Te la quito yo?

Ian.

---Cierra los ojos.

---De acuerdo.

---No mires!

---Bien.

Me cubrí los ojos y no resistí la tentación de mirar a través de mis dedos, su cuerpo estaba para morirse,y sus pechos eran firmes y llenos,a mi estilo,y su trasero...Cielos!

---Te dije que no miraras! ---dijo sentándose frente a mí.

---Lo siento.

Se ruborizó y se apartó el cabello del rostro.

---Acércate...

Deshice mi cola y cuando se acercó le sujeté el cabello con mi cinta para el pelo.

---Gracias.

Nunca había estado en la tina con una mujer sin tocarla.No me resistí.

---Pensé que solo tomaríamos un baño juntos.

Lexi.

Sólo sonrió  y se sentó entre mis piernas.

---Me ayudas con la espalda amorcito.

Tomé la esponja y la pasé por su espalda.

---Nunca he había tomado un baño con alguien más.

---Que buenas noticias---me dijo---Por qje ho estoy luchando con mis ganas de tocar algo más que no sean tus piernas.

Sonreí y él se recostó de mí.

---Ahora el pecho.

---Te tendré que bañar como a un bebé?

---Me encantaría.

Sonreí y pasé la esponja por su pecho y lo miré cuando tomó mi mano, me di cuenta de que nuestros labios estaban muy cerca.

---Me gustaría besarte---susurró pasando su pulgar por mis labios.

---Qué te lo impide?

---Si te beso te aseguro que no me podría detener.

---Y qué esperas.

Ian.

Pensé que diría algo diferente o que saldría huyendo, pero en su lugar se quedó mirándome y la besé, quería hacer eso desde que la ví en el club,pero jamás se lo diría para que su ego no aumentara.

Sus labios eran los más dulces  que había probado.No puedo creer que esta mujer sea mi esposa.

Sonrió y me lanzó agua al rostro.

---Vamos a la cama?

Me miró y luego me negó.

---De acuerdo,ya regreso.

....

Hasta el último suspiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora