Pareciera que el ascensor se hubiese hecho más pequeño...el silencio incómodo se hizo preséntale, sentía mi cara roja. Sin embargo no podía decir nada de Albus, no tenía el valor para girar a verle directamente, aun así, podía notar como trataba de cubrirse colocándose de medio lado.
Muy bien, piensa en resolver el problema ¿Que harían dos adultos, en un lugar estando completamente solos?
«Que silencio.»
—Albus —el joven muchacho saltó en su lugar, como si hubiese recibido un regaño...
—¿S-si? —se removió un poco, aún evitando hacer contacto visual colocó sus brazos de tal forma que pareciera que estuviese abrazándose a sí mismo.
—Yo... —lo estaba mirando y aún así no encontraba el valor para sacar conversación ¿por qué no?, siempre me ha resultado fácil— tu... ¿qué tal el clima?
«¿por qué soy así?»
—¿El clima? —por lo que vi sonrió un poco, yo intentaba buscar sus ojos, se supone que cuando hablas con alguien debes mirarle la cara ¡así no se vale!— P-Pues... está frío.
—Albus —entonces vi que giró un poco la cara hacia otro lado... hmm... creo que es tímido, pero mi mami dice que los más calladitos son los más peligrosos... como Sofía— Y-yo se que estaremos mucho tiempo aquí... encerrados —entonces levantó la mirada—. Y creo que si evitamos hablar será peor para los dos.
Entonces me miró y le regale un intento de sonrisa... pero seguía teniendo mi cara algo caliente, es decir... podría seguir sonrojada.
—Bien, tienes razón... —dijo mi acompañante de situaciones extrañas, se acercó al tablero del ascensor para presionar el botón de ayuda, al pulsarlo, el botón no hacía nada— ¿Esto no debería hacer algo? —lo pulsó muchas veces seguidas, hasta que lo aceptamos.
El botón estaba dañado.
—Bueno... en algún momento alguien deberá llamar al ascensor, cuando se den cuenta de que no funciona tendrán que abrirlo y ¡ta-da! Estaremos fuera —di un aplauso emocionada.
—Tienes razón, igual las cosas no podrían ponerse peor —nos sonreímos un momento, pero en ese instante la energía se cortó, dejándonos a obscuras, suspendidos en el aire, sin ayuda, sin comida...
—Albus ¿para que invocas el mal? —me reí, entonces el se rió conmigo. Tal vez el creía que la situación me divertía... pero ¿ya mencioné que cuando me va mal comienzo a reírme?
De un momento a otro yo solo estaba en el suelo retorciéndome de la risa y la desesperación junto con Albus.
Cuando terminamos de reír me limpie la lagrimas que habían salido, claro... que no eran de extrema felicidad exactamente. Entonces se me ocurrió una brillante idea.
—Camila —me llamó antes de que yo lo pudiese llamar. Hice un pequeño "Hum" indicando que lo estaba escuchando, giré mi cabeza hacia donde pensé que estaba la suya—, podemos tratar de abrir las puertas.
Con esfuerzo me levanté, estaba mareada... estaba enferma.
—¿Y en donde están las puertas? —pregunté hacia la nada básicamente.
—No tengo ni idea —admitió el joven—, toquemos las paredes y esperemos encontrarlas.
Y como dos ciegos comenzamos a tocar las paredes del elevador, por un momento solo se escuchaba el metal siendo levemente golpeado por nuestras manos, me quedaba una pared restante; me moví/arrastre hasta allá... entonces sentí las ranuras.
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Una latina en Hogwarts (ULEH #1)
Fanfiction¿Por qué no? Vayamos al grano, Camila comenzó su año en Hogwarts creyendo que la magia resolvería todos sus problemas (o la mayoría de ellos), pero luego de un conjunto de desafortunadas coincidencias se vio envuelta en una "pequeña situación", pero...