Al final solo leí tres líneas y me lancé sobre la cama, en una posición un tanto extraña debido a que no quité nada de lo que yacía sobre ella.
A la mañana siguiente amanecí con dolor de piernas, pero culpar públicamente a los merodeadores soñaría extraño (muy extraño) así decidí quedarme callada y aguantar el dolor, como buena mujer independiente que soy.
Ese mismo día se celebraría el partido de Gryffindor contra Slytherin ¿es importante? No lo sé, pero desde que bajé olía a hormonas adolescentes, la sala común se encontraba ajetreada de estudiantes haciendo apuestas y compartiendo sus expectativas para aquel día.
—¡Camila! Por tu culpa me duelen la piernas —Frank gritó desde algún lugar proveniente de la sala común, por mi parte logré escabullirme (gracias señor por hacerme enana) y salir de aquel terrible lugar. Lo último que escuché fueron las risas y los comentarios morbosos debido al grito del merodeador.
Avance por el pasillo y me detuve al ver las escaleras... en serio no quería bajarlas.
—¡Camy! —Scorpius se encontraba por el lugar con un hurón siguiéndole cerca de sus pies.
—¡Scorpius! —le sonreí feliz, el se acercó a mi y abrió los brazos, en respuesta me encogí en mi lugar tratando de poner resistencia al acto que no se había cometido— ¡Scorpius imbecil, aleja tu cuerpo de mi!
—¿Pe-pero por qué? —bajó sus brazos y metió las manos en sus bolsillos—. Creí que los latinos se la pasaban abrazando a la gente —murmuró, haciendo que el pequeño animal se alejara de él y fuera a oler mis zapatos.
—Eh, si —acepté sin dejar de ver a hurón—, pero yo no —miré al platinado—, no me gusta el contacto físico con chicos... —lanzó una mirada de "asco" con la nariz fruncida como si le hubiese llegado un mal olor—... me da ansiedad —un escalofrío recorrió mi cuerpo, haciendo que me sacudiera levemente.
—Claro —Deshizo la mueca de desagrado y contempló al animal que se alejó de mi espacio personal.
—¿Es tuyo?
—No —negó mirándome—. Es de Al ¿le has visto? Lo he estado buscando en lo que va de mañana, encontré a su mascota —señaló al animal— merodeando por ahí, creí que lo querría de vuelta.
—Creí que Albus tenía una lechuza —llevé mis dedos hasta la barbilla acariciando una barba invisible.
—¿Por qué creerías algo como eso?
—No lo se... ¿una corazonada tal vez? En fin, no lo he visto, pero también me interesa encontrarlo, si lo ves...
—Te avisaré. Ahora debo ir a clases.
—Si, yo igual ¡que tengas un excelente día! —en ese momento Scorpius abrió la boca para decir algo más pero la puerta de la sala común se abrió.
—¡Oh!, Scor...
Pero el joven Malfoy se encontraba en medio de sus palabras y no se detuvo bajo ninguna circunstancia— ¿No quieres un abrazo de despedida? —se rió en su lugar.
—Ay, ya cállate cara de leche en polvo.
—... pius ¿de qué hablan? —Rose (quien había salido de la sala común) se acercó a nosotros ¿tu crees que me saludó? No, se fue a parar junto al de cabellos platinados.
—tóxica... —canturrie en mi lugar.
—Voy tarde a clases —le miró unos segundos—. ¿Vienes conmigo?
—¡Claro! —lo sujetó del brazo y me sonrió— Oh, hola Spellman ¿todo bien? Mis primos han hecho todo un alboroto por tu culpa. Es increíble.
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Una latina en Hogwarts (ULEH #1)
Fanfiction¿Por qué no? Vayamos al grano, Camila comenzó su año en Hogwarts creyendo que la magia resolvería todos sus problemas (o la mayoría de ellos), pero luego de un conjunto de desafortunadas coincidencias se vio envuelta en una "pequeña situación", pero...