27. Mi gato endemoniado

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—... y —sorbí ni nariz por última vez—... así es más o menos el resumen.

Hagrid me acompañó en mis lágrimas por un momento mientras contaba la historia que comenzó en el verano, y posteriormente nos había servido el té (el cual ya se había enfriado).

—Creo, que lo mejor sería que fuesen a sus salas comunes —mencionó el Semi-gigante.

Al ver por la ventana el sol poniente asentimos estando de acuerdo a la propuesta.

—Gracias por todo, Hagrid... intentaremos venir a visitarte lo más pronto posible —Javier le dio la mano en forma de despedida.

—¿En serio? Estaría muy agradecido si lo hicieran.

El par de albinas me tomó por los hombros y me hizo caminar fuera de la cabaña.

—Oh, Spellman ¿qué hacer?

—Velas... eso es lo que necesitas.

—¿D-de que hablan?

—Primero debes poner tu vida personal en orden... —anunció Zoé.

—Seguro, deberás conocer a la exiliada.

—¿Y para que son las velas? —pregunté curiosa, con las mejillas calientes y los ojos hinchados.

—En caso...

—¡Camy! —Javier llegó a nuestro lado y comenzó a caminar de espaldas para poder vernos a las tres— Deberas comenzar a organizar tu vida.

—Hermano, tengo 12, no 21.

—Tengo un plan infalible, ya verás —miré hacia otra dirección aguantando las ganas de gritarle—. Primero solucionaremos el asunto con Potter, investigaremos el asunto mágico... —en ese momento abrí la boca para interrumpirle—¡Y! Le enviaras cartas a tu madre.

Me aferré a mi túnica y trague saliva «Enviarle a mi madre ¿me perdonaría por irme?», fue mi culpa, al fin y al cabo.

—Y hacer tus tareas... —Comentó la primera albina.

—... Estudiar para los exámenes...

—... Practicar los hechizos...

—¡También puedes probar distraerte un poco! ¿qué tal juegos de sudoku o una sopa de letras? —interrumpió Javier ante las responsabilidades.

—Eva tiene varios periódicos —su hermana le piso el pie molesta por aquellas palabras— ¡Eva!

—¡Zoé!

De allí simplemente se miraron a los ojos, deteniendo así la marcha. En la guerra de miradas sin expresión alguna, Javier tomó mi mano y me sacó de ese lugar.

—No quiero que se lleven tu alma en medio de su discusión —volteamos por un momento y seguían igual, algunos de sus cabellos se movían por el viento, si no fuese por ese hecho, de seguro pensarías que son estatuas—. Es lo que faltaría.

Cuéntame más de tu plan.

—Ya vais a ver. Primero deberías descansar...

¡Spellmans! ¿qué hay de nuevo? —Una persona random nos saludo de lejos y le dedicamos un movimiento de manos amistoso.

—... debes hacer las pases con Albus mientras puedas, estuvo muy mal...

—¡Si, ya lo sé! No tienes porque recordarme. Solo necesito dormir.

(Sigo insistiendo hoy en día que esa semana me porte como una estupida)~

Apresuré el paso hasta el interior del castillo donde los susurros aumentaban. Molesta cerré los ojos debido al cansancio y caminé más lento. Los susurros disminuyeron cual señal de radio.

Una latina en Hogwarts (ULEH #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora