18. Página de relleno 2

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Javier me miraba sonriente, subiendo y bajando las cejas desde su banquillo (que era a un lado de mi porque compartíamos mesa).

—He sacado más que tú —orgulloso pasó una mano por su cabello—, ahora harás lo que yo diga.

Fruncí el ceño— Yo jamás aposté nada —murmuré y me crucé de brazos—. Además —agregué—, apostar contra ti en transformaciones ni siquiera se debe considerar una apuesta, si no una pérdida de tiempo y dinero.

Pero estas cla' que saqué más calificación que tú.

Refunfuñe, claro que estaba clara ¡Había sido la nota más alta! Y no solo de la clase ¡De todo primer año! Nadie podía dudar del talento que tenía (tiene) mi hermano para las transformaciones... logró convertir una pluma en una paleta ¡PALETA! Y se la dio a la profesora... estoy casi segura de que por esa razón recibió puntos extras (que no necesitaba)

Restregón.

El tiempo se acabó y salimos de clases ¡Estoy harta! Ya no quiero saber nada más de la escuela.

—¡Recuerden traer un objeto transformado para la próxima clase! —alcanzó a decir la profesora ¡Demonios!

—¡Camila! —voltee rápidamente, una chica pasó corriendo por el pasillo y extendí la mano para saludar pero se fue de largo, automáticamente bajé la mano y la seguí con la vista... iba hacia otra Camila de la escuela ¡Que oso! Miré a mi alrededor pero al parecer nadie se había percatado de mi escena.

Que vergüenza...

Observé el cielo, ahora era más azul y los colores vibrantes comenzaban a tomar vida. Ayer había tenido el pequeño (gran) percance del 14... ya hoy había luna nueva.

Mentiría si les dijera que no me encontraba nerviosa, últimamente había recurrido mucho a la biblioteca buscando la oportunidad de que volviese a aparecer la bruja Magna y entablar una conversación sin tener que recurrir a un "ritual"; pero hasta ahora no había tenido nada de suerte.

—¡Quítate de encima! —antes de llegar había escuchado problemas en el pasillo "que esta vez no sea ninguno de los míos", pensé.

Asomé la cabeza; observando, analizando y sobre todo chismeando. Tuve que subirme en una parte de la pared para ver mejor, con mis pies en el yeso y mis manos sosteniéndome al pilar me incliné sobre las otras cabezas ¡Y por Dios, finalmente una pelea que podía disfrutar!

¡Dale! vociferé. Albert (si, Thompson) se encontraba en medio de una riña con un chico de otra casa.

El público estaba eufórico, yo solo sonría desde el fondo... se lo tenía bien merecido. Nuestro amigo de cabellos dorados (dl que le estaba devolviendo los madrazos a Albert) hizo el mayor plot twist que he visto en mi vida; cuando Albert arremetió tratando de clavarle un golpe en el flanco izquierdo el muchacho se agachó y lo tomó por las piernas lanzándolo de trasero al suelo.

El público soltó un "¡Uhhhh!".

—¡¿Crees que puedes molestarme por ser Alemán?! —asentí, excelente iniciativa— ¡Vamos! Ponte de pie.

Y unos chicos se acercaron y le tomaron por los brazos, levantándolo y dejándole en frente de mi nuevo amigo el Alemán.

Discúlpate —exigió el más alto.

No —entonces le golpeó.

Mi sonrisa se congeló en mi rostro, ya no era gracioso; básicamente eran tres contra uno ¡Y lo tenían sujeto! La cosa se descontroló un poco. No sabía cómo y menos cuando, pero ya no estaba sonriendo... desde donde me encontraba al ambiente a mi alrededor se volvió gris.

Una latina en Hogwarts (ULEH #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora