Capítulo I - Conociendo a mis dos chicas

890 22 4
                                    

2013, siete años antes.

Estaba de fiesta con mi grupo de amigos y entró una chica pelirroja con un grupo de chicas muy alocadas, la verdad es que ella destacaba en aquel grupo porque no se la veía como ellas, las otras chicas daban la sensación de ser las típicas pijas locas por buscar a su príncipe azul en cambio, a ella se la veía más normalita que simplemente iba para pasárselo bien sin necesidad de buscar a ninguna pareja. No voy a mentir y decir que no me interesé por ella, la verdad es que al momento que la vi irse para la barra sola fui decidido hasta ella.

- Hola. - Dijo ella cuando me vio a su lado.

- Hola, ¿Es la primera vez que vienes por aquí? No te había visto nunca.

- Sí, no suelo venir por aquí, pero esta vez no he escogido yo el sitio. – Dijo mirando al grupo de chicas con las que había venido.

- ¿Vienes con ellas? No pegáis mucho que digamos.

- Ya, pero una de ellas es la hijastra de un amigo de la familia y me ha tocado acompañarla a ella, y a sus súper amigas, por la ciudad.

- Vaya, tiene que ser muy buen amigo de la familia para acceder a venir con la súper pandilla.

- De toda la vida, pero bueno es muy gracioso verlas hacer las tontas con todos los tíos que pasan. – Dijo sonriendo mientras las veía tontear con uno de mis amigos.

- Pues si buscan a su príncipe azul no lo van a encontrar con mis amigos.

- Pues bueno, a ver si aprenden así que el príncipe azul no se encuentra así como así y menos en un bar... – Al decir eso vi en su mirada un poco de tristeza así que decidí no preguntar porque decía eso.

- No creo que exista en ningún lado el príncipe azul. – Dije yo.

- ¿Eres el típico tío que se tira a todo bicho viviente porque no crees en el amor? – Dijo ella con un leve tono de sorna.

- No creo en el amor, pero no me tiro a todo bicho viviente, solo a algunas tías que quieren, no obligo a nadie. – Normalmente siempre acababa con alguna chica cuando salía de fiesta, pero nunca obligaba a nadie. - ¿Tú si crees en el amor?

- Claro que sí, pero no en buscar un príncipe azul, los príncipes azules solo existen en los cuentos de hadas.

- Bueno en algo coincidimos. – Dije riéndome.

- Eso parece. – Dijo sonriendo. - ¿Tú sueles venir aquí?

- Pues vamos cambiando, pero este es uno de los sitios que más frecuentamos.

- Parece un poco muerto ¿no? - Dijo al ver a cuatro personas en la pista de baile y los demás sentados.

- Eso es que hay que ir saliendo para que la gente se anime, vamos. – Dije tirando de su brazo para llevarla a la pista.

- ¿Dónde ha quedado el preguntar si quería bailar?

- Se quedó con los príncipes azules. – Dije yo y ella no pudo reprimir una carcajada.

Estuvimos bailando un rato hasta que necesitamos ir a beber algo y descansar, la verdad es que la chica me resultaba muy maja, si me la encontrase en todas las fiestas a las que voy no me importaría.

- Por cierto. – Dijo sacándome de mis pensamientos. – No nos hemos presentado, me llamo Alicia, pero todos me llaman Alice.

- Pues es verdad, yo soy Dani. – Dije sonriendo.

- Pues nada gracias por hacer que pueda alejarme un poco de la súper pandilla. – Dijo riendo.

- No me des las gracias, bueno ¿otra ronda? – Dije llamando la atención al barman.

aceptando lo inevitable (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora